Lectura del 9 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan
(likutey moharan I # 35)
11. Al llevar a cabo los negocios de manera fidedigna, la persona debe cuidar su fe para que las fuerzas externas no prevalezcan sobre ella y lleguen a dañarla, Hashem no lo permita. Por lo tanto, debe fortalecerse haciendo sus negocios con una gran fe, siguiendo el ejemplo de Rav Safra y “diciendo la verdad en su corazón” (Salmos 15:2) - de modo que incluso si está de acuerdo con un precio “en su corazón”, aunque no lo diga, no lo cambiará aunque vea que el comprador está deseoso de pagar más, como dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria (Makot 24a). Mediante este tipo de conducta, la persona atrae sobre sí el jashmal (que tiene el mismo valor numérico que malbush [vestimenta]) - ésta es una “vestimenta proveniente del mundo de Biná”. “Biná es el corazón” (Tikuney Zohar, Introducción), yBINá está identificada [con el concepto de IMa (Madre), como en,] “Si [IM] llamas a la comprensión (BINá)” (Proverbios 2:3). Entonces, “La madre cubre a sus polluelos” (Tikuney Zohar, Introducción) -es decir, el corazón hace el jashmal- esto es, forma un malbush (vestimenta) alrededor de la fe - para que las fuerzas externas no puedan nutrirse de ella.
De esa manera, la persona protege su mente, su alma y su fe, y puede entonces renovar el alma y el intelecto dentro de la fe con la que lleva a cabo sus negocios.
12. Realizar los negocios de manera fidedigna, es un aspecto de la ofrenda diaria y del encendido del incienso en el Santo Templo. Pues cuando se hacen los negocios con fe, se une la mente -es decir, Jojmá, Biná y Daat- con la fe y con el significado simple de la Torá, que corresponde al mundo de Ietzirá.
Consecuentemente, se fortalece la fe al punto de elevar todas las chispas de santidad hundidas en las fuerzas de la impureza, de la misma manera en que las elevaban las once especies de la ofrenda del incienso. Cuando esas chispas sagradas se elevan, se desmoronan y caen todas las fuerzas de la impureza, todas las naciones y todas las tierras que rodean a la fe - que es llamada “Jerusalén, la Ciudad Fiel” (Isaías 1:21).
Esto es un paralelo de la destrucción de la simiente de Amalek, que era una de las tres mitzvot dadas a los judíos cuando entraron a la Tierra de Israel (Sanedrín 20b). Y esas fuerzas malignas se desmoronan como consecuencia de la elevación de las chispas sagradas que estaban hundidas en las fuerzas de la impureza. Entonces, “cuando uno desciende, el otro automáticamente se eleva” – y ésta es la [segunda] mitzvá, el nombrar un rey [i.e., luego de la aniquilación de Amalek, puede entronizarse un rey judío], dado que nombrar un rey es un aspecto de la fe, que es Maljut.
Mediante la designación de un rey, los judíos merecen entonces la [tercera] mitzvá, que es construir el Santo Templo y Jerusalén - es decir la fe. Entonces la mente se renueva y se eleva hacia el ámbito de la fe, que es un paralelo de la construcción del Santo Templo, como dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria, “Cuando uno tiene conocimiento, es como si el Santo Templo hubiera sido construido durante su vida” (Berajot 3a).
El Santo Templo es un aspecto de la Luz del Rostro - que es la fuente de la vitalidad mediante la cual se renueva la mente y el alma (ver más adelante, Lección #280).
13. El jashmal corresponde a las correas de los tefilín; y son esas correas las que “rodean a Maljut”, es decir, rodean la fe. La palabra ReTZUA (correa) tiene el valor numérico de 370 (sumando una unidad por la palabra misma). Ello alude al hecho de que por medio de ese jashmal, que está identificado con “dice la verdad en su corazón”, se preserva la fe y el alma - es decir, las facultades mentales subsumidas en el alma; y ellas reciben una nueva vitalidad proveniente de la Luz del Rostro, que son las “370 luces de la Luz del Rostro” que emanan de los mundos de la Rectificación y de la Verdad (Shaar HaKavanot, Tefilín). Pues mediante la correa de los tefilín la persona preserva su fe.
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