Lectura del 25 y 26 de Tevet del Kitzur Likutey Moharan
(likutey moharan I # 32 y # 33)
25 Tevet
32 - “Hashem, abre mis labios”
(Salmos 51:17)
1. Bailar en una boda mitiga los juicios severos. Esto se debe a que el corazón es Biná, como está escrito, “Biná es el corazón” (Tikuney Zohar, Introducción). La alegría del corazón induce a la persona a bailar, como comenta Rashi sobre el versículo, “‘Iaacov levantó sus piernas’ (Génesis 29:1) - su corazón levantó sus piernas”.
Las piernas, a su vez, corresponden a las sefirot de Netzaj y Hod. Así, cuando, debido a la alegría en el corazón, la persona danza en una boda, debe tener la intención de llevar la luz del corazón -es decir, las cinco Alef del Nombre Divino EHIéH que están identificadas con Biná- a través de las piernas y hacerla descender hacia la novia que es llamada, antes de la consumación del matrimonio, una NaARa (doncella), deletreada sin una letra Hei final (Zohar II, 38). En esa etapa, ella aún está identificada con los “320 juicios estrictos”, equivalentes al valor numérico de la palabra NaARa, y a cinco veces el valor numérico de la palabra DIN (juicio estricto).
Pero al hacer descender hacia ella la luz del corazón, ella se vuelve una NaARaH, deletreada con una letra Hei [dado que la luz del corazón consiste de “cinco Alef” y la Hei tiene el valor de cinco]; y el valor numérico de NaARaH es equivalente a cinco veces el valor del Nombre de Hashem ADoNaI [que está asociado con los juicios atemperados].
Todo ello es la explicación del versículo, “Hashem (ADoNaI), abre mis labios” (Salmos 51:17). Pues por medio de los “labios”, que están asociados con Netzaj y Hod -que también corresponden a las piernas- se abre y se mitiga a la novia [es decir, su aspecto de juicio-din]. Entonces ella es llamada una NaARaH en el hecho de que ahora es apta para la unión, dado que ha tomado la cualidad del nombre de Hashem ADoNaI.
26 Tevet
33 - “¿Quién es el hombre que desea vida?”
(Salmos 34:13)
1. Es necesario buscar la paz, como está escrito, “Busca la paz y persíguela” (Salmos 34:15).
Esto significa que la persona debe ocuparse de que haya paz entre todos los judíos y que cada uno esté en paz con sus características (midot). En otras palabras, la persona no debe estar en conflicto con sus rasgos de carácter ni con lo que le suceda.
No debe haber para ella ninguna diferencia entre las cosas buenas y las cosas malas que le ocurran. Más bien, siempre deberá encontrar a Hashem en ello, tal cual está expresado en el versículo, “Cuando Él es IHVH [el atributo Divino de la compasión], yo alabaré Su palabra; cuando Él es ELoHIM [el atributo Divino del juicio estricto], yo alabaré Su palabra” (Salmos 56:11).
2. Esta paz se alcanza mediante la Torá y los Tzadikim, que son llamados “paz”. Mediante la Torá y los Tzadikim la persona merece amar a Hashem en todo lugar y situación, buena o mala, y se hace digna también de amar a sus congéneres.
De esa manera la paz reinará entre todos los judíos y habrá amor entre ellos. Pues cuando la persona alcanza un estado tal de paz interior, nada en el mundo la perturba. Más bien, sea lo que fuere que le suceda -así sea algo bueno o, por el contrario, se trate de sufrimientos, tribulaciones, preocupaciones y pruebas, Hashem no lo permita- siempre sabrá y tendrá fe en que todo es para su beneficio eterno. Precisamente, será a través de esas cosas que podrá acercarse a Hashem, si realmente lo desea.
En concordancia con ello, será paciente con las otras personas aunque le causen sufrimientos, y tratará de juzgarlas de manera favorable, para encontrar el bien en ellas y transformar la situación en algo positivo.
Se dirá a sí misma que esa persona realmente no tiene las malas intenciones que ella imagina; y de muchas otras maneras similares se ocupará de buscar el amor y la paz con su prójimo y con todos los judíos. Tal persona amará la paz en todo lugar y situación, buena o mala, y estará en paz con todos.
3. La persona debe saber que “el mundo entero está lleno de Su gloria”, que no hay lugar vacío de Divinidad y que Hashem llena todos los mundos y rodea todos los mundos. Ni siquiera aquel que se dedica a comerciar con los gentiles puede excusarse y decir que le es imposible servir a Hashem debido a la insensibilidad espiritual y al materialismo que constantemente lo atacan como resultado de estar todo el tiempo con ellos. Pues la Divinidad puede hallarse en todas las cosas físicas y en el lenguaje de los gentiles - dado que sin Divinidad no tendrían vitalidad y existencia alguna, como está escrito, “Tú los mantienes a todos con vida” (Nehemías 9:6).
Aun así, la vitalidad y la Divinidad que se encuentran en esas cosas están extremadamente restringidas, habiendo solamente lo necesario como para sustentar la cosa y nada más. Más aún, cuanto más bajo sea el nivel de algo, más constreñida se encontrará la Divinidad, envuelta en muchas “vestimenta” adicionales.
4. Por lo tanto, debes saber que aunque estés profundamente sumido en la impureza y te encuentres en un nivel extremadamente bajo -al punto en que llegues a imaginar que ya no tienes posibilidad de acercarte a Hashem dado que estás tan lejos de Él- aunque hayas caído en el ateísmo, Hashem no lo permita, sin embargo, debes saber que incluso en ese lugar aún puedes encontrar la Divinidad. Pues Él le da vida a todo, como está escrito, “Tú los mantienes a todos con vida”. Incluso desde allí puedes unirte a Hashem y retornar a Él en un perfecto arrepentimiento, pues “no está lejos de ti” (Deuteronomio 30:11) - lo que sucede es que allí, donde tú estás, se han multiplicado las “vestimentas”.
__._,_.___
Entrada más reciente Entrada antigua