Lectura del 12 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 36)


5. Sin embargo, todo ello sólo se aplica a la persona que ocasionalmente experimenta un pensamiento inmoral; entonces le es suficiente con recitar esos dos versículos. 


Pero si es habitual en ella cavilar sobre ese deseo, Hashem no lo permita, y es incapaz de evitarlo, deberá llorar en el momento en el que acepta el yugo del Reinado del Cielo.


 Pues las lágrimas provienen de un exceso de bilis negra [i.e., la melancolía] y la bilis negra es el bazo. El bazo está identificado con el Reinado del Mal, la “mujer lasciva”. Así, al llorar, se expele la materia excedente y ésta deja el cuerpo -es decir, el deseo por el sexo que deriva de las impurezas en la sangre, resultado de un exceso en el bazo- y el alma queda así incluida en el Reinado del Cielo. 


Esta persona deberá inspirarse hasta llegar a las lágrimas al recitar el Shemá Israel y Baruj Shem Kevod Maljutó Leolam Vaed.


6. Cuando el Tzadik verdadero revela una enseñanza de Torá, hace descender nuevas almas para cada uno de los presentes que oyen esa enseñanza y que están conectados con ella. Cada uno de ellos recibe entonces una nueva alma de acuerdo a quién es y en relación a su propia comprensión.


7. Es un principio fundamental el hecho de que es imposible que alguien comprenda y aprehenda el significado de las palabras del Tzadik si primero no rectifica apropiadamente su pureza sexual. 


Por el contrario, cuando la persona daña la pureza sexual, su mente y su cerebro se enturbian al punto en que no puede aprehender ni comprender en absoluto las palabras del Tzadik. 


Consecuentemente, si sigue tras la maldad de su propio corazón y le presta atención a las estúpidas dudas y cuestionamientos que entran en su mente, será proclive a equivocarse con las palabras del Tzadik. “Los senderos de Hashem son rectos; los justos andarán en ellos y los pecadores en ellos tropezarán” (Hoshea 14:10)


En otras palabras, cada persona recibe e interpreta las enseñanzas de Torá del Tzadik de acuerdo a su propia comprensión, lo que está determinado por la cualidad de su propio recipiente - es decir, de su mente. De este modo, si la persona ha rectificado su pureza sexual, sus facultades mentales no estarán dañadas y se mantendrán intactas. Como se explica en el santo Zohar (II, 110), “Iesod asciende hacia Aba e Ima”, correspondiendo Aba e Ima a las letras Iud y Hei, que se relacionan con ambos lados del cerebro


De acuerdo a ello, [si la persona rectifica a Iesod - correspondiente al órgano de la reproducción] puede comprender las palabras del Tzadik y obtener una nueva alma a través de las revelaciones de Torá. 


Por otro lado, aquel que no se rectifica en esa área, Hashem no lo permita, se encuentra en la categoría de “los pecadores en ellos tropezarán” - dado que la comprensión y el entendimiento están en relación directa con el grado en que se ha rectificado la pureza sexual.

Entrada más reciente Entrada antigua

Leave a Reply

Sala de Chat