Lectura del 19 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan
(likutey moharan I # 37)
7. Cuando la persona rectifica el habla se vuelve digna de expresarse delante de su Creador con un fervor apasionado. Pues todos deben acostumbrarse a hablar con su Creador con total honestidad y verdad. Cada uno debe expresar lo que siente hasta despertar verdaderamente su corazón al servicio a Hashem; hasta llegar a decir con fervor las palabras de verdad que hay en su corazón, con un real sentimiento de arrepentimiento; hasta poder contemplar su propia bajeza y la grandeza del Creador; y hasta llegar a sentir una gran vergüenza delante de Hashem.
Pues hasta ahora todo lo que ha hecho es meramente dejar de lado sus pecados e ignorarlos. Pero ahora que lo reconoce, se siente embargado por una gran vergüenza debido a la enormidad de las transgresiones cometidas en contra del Señor y Gobernante, que es la Esencia y la Raíz de todos los mundos.
Sin embargo, en un principio, esa vergüenza no era visible en el rostro de la persona debido a que sus pecados le habían embotado el intelecto y la mente con un espíritu de insensatez. Pues antes de merecer arrepentirse por completo no poseía la comprensión necesaria que le hubiese permitido sentir la propia vergüenza dada la enormidad de sus transgresiones y la grandeza del Creador en contra de Quien pecó.
Pero subsecuentemente, una vez que se arrepiente y elimina la insensatez, fortaleciendo su intelecto, experimenta entonces esa vergüenza mucho más plenamente y ésta se revela en su rostro. Esa vergüenza es un aspecto de la “luz de los tefilín”, que son la señal de la verdadera unión con el Creador. Esa vergüenza es también el estado interior detrás del “brillo de la piel del rostro”, resultado de una profunda e intensa unión con Hashem (ver Éxodo 34:29-30, donde se habla sobre el brillo del rostro de Moisés).
Con esa vergüenza, todos los pecados son perdonados y la persona se une al Árbol de la Vida.
8. Con esto podemos discernir si la persona siente temor a Hashem, que es idéntico a la vergüenza, como enseñaron nuestros Sabios, de bendita memoria (Nedarim 20a). Si contemplamos el rostro de la persona después de que ha rectificado sus pecados, si miramos su cara y sentimos temor y vergüenza -o en otras palabras, si alcanzamos un conocimiento de la grandeza del Creador- entonces podemos estar seguros de que esa persona siente temor a Hashem. Ésta es la explicación del versículo, “Entonces comprenderás el temor a Hashem y alcanzarás Su conocimiento” (Proverbios 2:5). “Entonces comprenderás el temor a Hashem” significa que podrás discernir si es que la persona siente temor a Hashem, “y alcanzarás Su conocimiento” significa que también tú lograrás la conciencia de la grandeza del Creador - es decir, la vergüenza y el temor. Ésta es también la explicación del versículo, “‘Todas las naciones del mundo verán que el Nombre de Hashem está sobre ti’ (Deuteronomio 28:10) - esto hace referencia a los tefilín” (Berajot 6a); “y te temerán” (Deuteronomio 28:10) - en otras palabras, también ellos estarán llenos de temor y de vergüenza.
Pues el temor y la vergüenza corresponden al concepto de los tefilín, que son llamados peer (esplendor)(Berajot 11a); y PeER denota la revelación de un conjunto de colores, como está escrito, “Israel, en quien Yo me enorgullezco (etPaAR)” (Isaías 49:3). [Hashem se enorgullece de Su pueblo Israel que] “consiste de muchos y diferentes colores” [i.e., muchas y diferentes clases de judíos] (ver Zohar II, 90b). Y esto es lo que vemos empíricamente, que cuando la persona siente vergüenza, se pone de diferentes colores.
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