febrero 2012

Lectura del 6 adar del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 49)


4. Cuando el corazón está “vacío”, como en el versículo, “Mi corazón está vacío dentro de mí”, entonces el corazón está abierto con sabiduría y con ello la persona rectifica la creación que se forma mediante la sabiduría - que son los buenos pensamientos.

 Pero cuando tiene malos pensamientos, Hashem no lo permita, que son la estupidez del corazón - como en la frase “el corazón incircunciso” (Deuteronomio 10:16), que Onkelos traduce como “la estupidez del corazón” - embota y cierra su corazón. 

Y también embota y cierra el aspecto del Espacio Vacío de la creación, que se formó mediante la sabiduría, y lo estropea; y ello es considerado como si hubiera destruido el mundo.


Por el contrario, cuando la persona tiene buenos pensamientos ello equivale a la rectificación de toda la creación. Más aún, si purifica su corazón, eliminando los malos pensamientos y quedándose sólo con los buenos pensamientos, se hace digna de renovar el acto de la creación y de hacer milagros en el mundo. Ésta es la explicación de la enseñanza, “Aquel que desee traer una libación de vino deberá llenar con vino las gargantas de los erudito de Torá” (Ioma 71a).  
Pues las “gargantas de los eruditos de Torá” corresponden a los huecos colocados a los lados del Altar que estaban “cavados y llegaban hasta el abismo, para recibir el vino de las libaciones” (Suká 49a)

Esos huecos corresponden al estado descrito por el versículo, “Mi corazón está vacío dentro de mí”, dado que “El abismo es el corazón y la tráquea” (Zohar III, 227b). El abismo (TeHoM) también sugiere la idea de milagros, dado que todos se maravillan ante algo milagroso, como vemos en el versículo, “Toda la ciudad se maravilló (TeiHoM)” (Ruth 1:19)

Por lo tanto, el Tzadik cuyo corazón está abierto con sabiduría -que es un aspecto de “Mi corazón está vacío dentro de mí” y “Roca de mi corazón”- es capaz de renovar el acto de la creación y de realizar milagros. 

Como se dice en la Plegaria de la Mañana, “Quien en Su bondad renueva todos los días, constantemente, la obra de la creación”

“Su bondad” hace referencia al Tzadik, que también es llamado “bueno”, como en, “Di al Tzadik que es bueno” (Isaías 3:10)

Más aún, enseñaron nuestros Sabios, de bendita memoria, “‘Los ornamentos (JaLaim), obra de un artesano’ (Cantar de los Cantares 7:2) - éstos eran los huecos a los costados del Altar que estaban cavados (meJuLalim)” (Suká 49a). Y “obra de un artesano” hace referencia a “la artesanía del Santo, bendito sea” (ibid.), que es el aspecto de la creación del mundo y del corazón del Tzadik.*


*Ver más arriba, Lección #41:3, donde se enseña que las libaciones de vino efectuaban la anulación de los juicios severos. 

Esto está conectado con la idea de los milagros, que son una alteración y una anulación de la naturaleza (dado que la palabra HaTeVA [naturaleza] tiene el mismo valor numérico que el Nombre Divino ELoHIM [que está asociado con el atributo Divino del juicio estricto]”

Mediante el vino, se abre la cavidad hueca del corazón, como en, “Mi corazón está vacío dentro de mí”. Como se enseñó, “El vino y las fragancias me hacen sabio” (Ioma 76b).


5. Esto también se relaciona con la enseñanza de nuestros Sabios, “‘Para servirlo a Él con todo tu corazón’ (Deuteronomio 11:3)

¿Cuál es el servicio del corazón? La plegaria” (Taanit 2a). 

Pues la plegaria depende principalmente del corazón - es decir, la persona debe poner todo su corazón en las plegarias y unir estrechamente sus pensamientos con las palabras de la oración, para que su corazón no esté lejos de las palabras que está diciendo. Más bien, debe oír realmente lo que dice. 

Con esto se revela y se magnifica el Reinado de Hashem y cae el Reinado del Mal. Se evoca una gran vitalidad, influjo, riquezas y bendiciones ilimitadas y con ello se efectúa una unificación espiritual arriba y abajo. 

Tal persona también merece la revelación de la Torá Oculta del Anciano. Pues la plegaria es el concepto del reinado de David, como está escrito, “Yo soy plegaria” (Salmos 109:4); y la plegaria en el corazón es la revelación del Reinado de Hashem dentro del “espacio vacío” (en el corazón).

Lectura del 5 adar del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 48-49)




2. Cuando la persona restringe el fervor por Hashem en su corazón, para que no arda excesivamente, queda allí un “espacio vacío”, como en, “Mi corazón está vacío dentro de mí” (Salmos 109:22); y dentro de ese espacio vacío, se revelan los rasgos positivos.


 Esa dinámica es un paralelo del misterio de la creación de los mundos, que tuvo lugar en el Espacio Vacío. Pues la creación fue traída a la existencia principalmente a través de Jojmá (Sabiduría), como está escrito, “Tú lo has hecho todo con sabiduría (jojmá)” (ibid., 104:24)


Ello se manifiesta en el individuo en el hecho de que la esencia del servicio Divino, mediante el cual uno busca alcanzar rasgos de carácter positivos y realizar buenas acciones, consiste en resguardar del mal la sabiduría que se encuentra en el corazón - es decir, los pensamientos de su corazón. 


Los pensamientos son la esencia de la inclinación al bien y de la inclinación al mal, como está escrito, “Toda la inclinación (IeTZeR) de los pensamientos de su corazón” (Génesis 6:5); y así, es el corazón -o más específicamente, la sabiduría [los pensamientos] en el corazón- el que conforma (TZaIaR) los rasgos concretos y las acciones, como en la frase, “Roca (TZuR) de mi corazón” (Salmos 73,26; ver Berajot 10a)


Más aún, está dicho, “‘Él formó (vaIITZeR)’ (Génesis 2:7) - esta palabra está escrita con dos Iud, aludiendo a las dos inclinaciones del hombre, la buena inclinación y la inclinación al mal” (Berajot 61a)


Específicamente, los buenos pensamientos son la inclinación al bien y los malos pensamientos son la inclinación al mal. De acuerdo a ello, toda la rectificación espiritual de la persona -al igual que su destrucción, Hashem no lo permita- depende principalmente de cuidar los pensamientos en el corazón (ver más arriba, Lección #35).


3. Cuando la persona es cuidadosa, evitando los malos pensamientos y teniendo sólo pensamientos buenos sobre cómo servir a Hashem, el corazón toma entonces el estado descrito por los versículos “Roca de mi corazón” y “Mi corazón está vacío dentro de mí”. Tal persona se vuelve digna de realizar buenas acciones y de alcanzar los rasgos de carácter positivos que se revelan dentro del “espacio vacío”, haciéndose evidente que acepta el yugo del Reinado del Cielo.

Lectura del 1 adar del Kitzur Likutey Moharan








                                 (likutey moharan I # 47)






                             “Comerás y estarás satisfecho”
                                               (Joel 2:26)


1. Aquel que está sumido en la gula se encuentra indudablemente lejos de la verdad; y puedes estar seguro de que se encuentra asediado por los juicios estrictos. 

Ese deseo es también una señal de pobreza. Tal persona también experimentará la vergüenza y la humillación, como está escrito, “Cuando los viles son ensalzados (KeRuM) por los hombres” (Salmos 12:9), sobre lo cual enseñaron nuestros Sabios, de bendita memoria, “Cuando uno necesita de los demás, su rostro [debido a la vergüenza] toma diferentes colores, como un KeRuM [una clase de ave multicolor]” (Berajot 6b).


2. Cuando la persona quiebra la gula, el Santo, bendito sea, hace milagros para ella.


3. La Iluminación del Rostro Divino corresponde al atributo de “y Verdad”, uno de los Trece Atributos de Misericordia [revelados a Moisés en el versículo, “Elohim, Hashem, Compasivo y Misericordioso, Lento para la Ira y Abundante en Bondad y Verdad” (Éxodo 34:6)]

Este atributo de “Verdad” está asociado con Iaacov, como en el versículo, “Da verdad a Iaacov” (Mija 7:20). Iaacov también está identificado con los tefilín, que son llamados “esplendor”, como está escrito, “Ponte el esplendor” (Ezequiel 24:17; esto hace referencia a los tefilín, Berajot 11a). Pues Iaacov se identifica con la sefirá de Tiferet (Esplendor); Tiferet denota un espectro de varios colores y está asociado con el concepto de la verdad y de la vida.

 La verdad es la fuente esencial de la riqueza y de todo influjo de bien en el mundo, como se ha dicho, “La verdad se sostiene” (Shabat 104a); y “se sostiene” alude a la riqueza, como enseñaron nuestros Sabios, de bendita memoria, “‘La riqueza que está a sus pies’ (Deuteronomio 11:6) - esto hace referencia al dinero de la persona que la sostiene sobre sus pies” (Pesajim 119a).


Cuando, Hashem no lo permita, la persona daña los tefilín [y las cualidades espirituales y morales asociadas con ellos], cae en la pobreza y en la humillación y su vida pende de la balanza, Hashem nos salve (Berajot 24a). 

De manera similar, cuando la persona daña la verdad, Hashem no lo quiera, también se vuelve víctima de la pobreza y de la humillación. Pero aquel que posee el atributo de la verdad disfruta de un sustento fácil y pleno.


4. Por lo tanto, aquel que está sumido en la gula se encuentra lejos de la verdad. Pues ese deseo da como resultado el ocultamiento del Rostro Divino, que está identificado con la verdad, tal cual se alude en el versículo, “Yo les ocultaré Mi Rostro y serán comida para sus enemigos” (Deuteronomio 31:17)

Si el pueblo judío se cuida y no come en demasía, sino más bien sólo aquello que se requiere para satisfacer las necesidades físicas del momento, entonces, “Hashem elevará Su Rostro” (Números 6:26), cuando el Santo, bendito sea, les muestre favor (Berajot 20b), y ellos serán alimentados por el atributo Divino de la Verdad. 

Por el contrario, incluso si un Tzadik que ya ha anulado todos sus deseos físicos cae de su nivel hacia la gula, ello es una señal de que alguna mentira ha salido de sus labios y que arriba existe un juicio en su contra; y ello puede ser un anuncio de pobreza.

Lectura del 30 Shvat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 46)


3. Al aplaudir durante la plegaria uno se salva también del olvido y merece una buena memoria. 


Pues al aplaudir, al entrechocar las manos, la persona mitiga los juicios severos que están enraizados en el Nombre ELoHIM. Toda esta dinámica está aludida en el versículo, “Mi alma está constantemente en mi mano” (Salmos 119:109). “Mi alma” alude a la plegaria y más generalmente al habla, como en, “Mi alma salió cuando él habló” (Cantar de los Cantares 5:6). [Así, cuando “mi alma está en mi mano” - i.e., cuando aplaudo durante la plegaria,] entonces, “No he olvidado Tu Torá (VeToratja Lo Shajajti)” (Salmos 119:109). Las iniciales de VeToratja Lo Shajajti producen el acróstico Sh-L-V, cuyo valor numérico es igual a tres veces el valor numérico de IHVH más tres veces el valor numérico de ELoHIM. [Cuando el Nombre IHVH se une con el Nombre ELoHIM, ello mitiga los juicios estrictos inherentes a éste último Nombre]. 


El concepto de ELoHIM, del juicio severo, está asociado con la conciencia restringida, que es la fuente del olvido. Cuando se mitigan los juicios severos la persona entra en la conciencia expandida, que trae un aumento del poder de la memoria. El habla de la persona revela lo que está en su mente. Por lo tanto, durante la plegaria, uno puede saber si se encuentra en un estado de conciencia restringida o de conciencia expandida.






4. Aplaudir sirve también para anular la controversia. Pues toda controversia emana del conflicto que inició Koraj -quien está identificado con la oscuridad (JoSheJ, que tiene el mismo valor numérico que KeKoRaJ, “como Koraj”) y con el lado izquierdo- en contra de Aarón - quien está identificado con la luz y con el lado derecho. Al aplaudir, la mano izquierda y la mano derecha se incluyen una en la otra y se crea la unidad. Esto está reflejado en el comentario de Rashi sobre el versículo, “‘¡Todas las naciones, aplaudan!’ (Salmos 47:2) - esto significa, ¡Júntense!’” (Rashi, ad loc.).

Lectura del 29 shvat del Kitzur Likutey Moharan








(likutey moharan I # 45-46)


29 Shvat






45 - Aplaudir Durante la Plegaria






1. Aplaudir durante la plegaria despierta las “alas de los pulmones” mediante las cuales se produce el habla. Adicionalmente, al aplaudir, haciendo chocar los cinco dedos de la mano derecha contra los cinco dedos de la mano izquierda -y los cinco dedos de la mano izquierda contra los cinco dedos de la mano derecha- se conforma el concepto de MI (quién). 


MI tiene el valor numérico de cincuenta, correspondiente a las Cincuenta Puertas de Comprensión y al concepto del Año [quincuagésimo] del Jubileo. [La palabra IOVeL (Jubileo) también tiene el valor numérico de cincuenta cuando se le agrega una unidad por la palabra misma]. 


Aplaudir genera la realidad de MI -cincuenta- pues cinco veces cinco [i.e., cuando los cinco dedos de la mano derecha golpean los cinco dedos de la mano izquierda] es igual a veinticinco, y dos veces veinticinco [i.e., se considera que los cinco dedos de la mano izquierda también golpean a los cinco dedos de la mano derecha] es igual a cincuenta; el número cincuenta también es un paralelo de las cincuenta veces que se menciona el Éxodo de Egipto en la Torá, aludiendo al hecho de que fue mediante el poder del Año [quincuagésimo] del Jubileo que salimos de Egipto (Zohar II, 46a)


El habla estaba en el exilio allí [en Egipto] y como resultado de la Redención (HaGueULaH, que también tiene el valor numérico de “MI”, cincuenta), la boca y el habla tomaron existencia, como en, “¿Quién (MI) le da al hombre una boca [i.e., la capacidad de hablar]?” (Éxodo 4:11). [Dios le dijo esto a Moisés cuando le ordenó liderar a los judíos fuera de Egipto]. Y la boca recibe sus palabras de las “alas de los pulmones”.




46 - “Mi alma está constantemente en mi mano”


(Salmos 119:109)






1. Aplaudir durante la plegaria es un aspecto de la relación marital y de colocar la cama entre el Norte y el Sur (ver Berajot 5b), que corresponde a las dos manos. (Ver más arriba, Lección #9:2, donde se enseña que cuando la persona ora de la manera apropiada se vuelve digna de una buena relación marital y de un buen sustento).


2. Más aún, al aplaudir durante la plegaria se mitigan los juicios severos. 


La explicación para esto es que la mano derecha corresponde a la “mano grande” (Éxodo 14:31) y la mano izquierda corresponde a la “mano poderosa” (ibid., 6:1). Cuando éstas se entrechocan y se unen, ello es llamado la “mano levantada” (ibid., 14:8). 


Esas tres manos representan el Nombre de Hashem IHVH cuando se lo repite tres veces. Pues la mano se identifica con el nombre IHVH, [dado que cuando ese Nombre se escribe deletreando cada una de las letras -i.e., IUD HeI VaV HeI- se compone] de diez letras, y si se agregan cuatro unidades por las cuatro letras originales, se obtiene catorce. 


Las catorce letras de ese Nombre corresponden a las catorce articulaciones de cada mano. Mediante esas tres “manos” -es decir, las tres repeticiones del Nombre IHVH- se mitigan los tres ELoHIM, el Nombre de Hashem asociado con el juicio estricto.


 El Nombre ELoHIM repetido tres veces corresponde a las palabras que emergen de la garganta (GaRON); la palabra GaRON es tres veces el valor numérico del Nombre ELoHIM.

Lectura del 23 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 40)
                                  
                        “Estos son los viajes”
                             (Números 33:1)


1. Todos los viajes y las travesías que debe hacer una persona son resultado de un daño en la fe - que corresponde al concepto de la idolatría. Pues si la persona creyera con una fe perfecta que el Santo, bendito sea, le puede dar todo lo que necesita, no viajaría nunca.*

* Ver Likutey Tefilot sobre esta lección donde se explica que si la fe de la persona y su confianza en Hashem fueran como deberían ser, no haría nada ni se embarcaría en viaje alguno en aras de su sustento.
A veces, mediante los viajes, la persona rectifica o compensa el “viaje” o la alteración, por así decirlo, que causó arriba (dado que el castigo por una mala acción es su rectificación, como se explica en otra instancia). Por lo tanto, los viajes de la persona expían por los defectos en su fe; mediante esos viajes, rectifica y mitiga la ira Divina en el mundo, despertando la compasión de Hashem.

2. También y como resultado de una fe imperfecta -que corresponde al mismo concepto que la idolatría- no hay lluvias. No hay satisfacción ni paz y las personas no se ayudan entre sí. Por el contrario, cada uno debe viajar de un lugar a otro para ganarse el sustento.

3. La idolatría también produce la falta de lluvias y “Si no hay harina, no hay Torá” (Avot 3:17)

Entonces, debido a la interrupción del estudio de la Torá, se produce el exilio y la gente deambula por los caminos, como está escrito, “Mi pueblo ha sido exilado, pues carece de entendimiento” (Isaías 5:13).

Lectura del 22 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 37)


39 - “Proveeré forraje”


(Deuteronomio 11:15)


1. Si la persona siente hambre, viéndose avasallada por el deseo de comer, debe saber que tiene enemigos. Como dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria, “Si la persona ha empobrecido abajo, también ha empobrecido arriba” (Sanedrín 103b)


Tal persona debe por lo tanto superar y quebrar el lado animal que desea comer -dado que el hambre proviene del lado animal- y así se verá libre de sus enemigos.


2. El hambre también está relacionado con el conflicto, tal como se refleja en la frase “la humillación del hambre” (Ezequiel 36:30). 


En otras palabras, mediante el ansia de comer se despierta la disputa en la cual la persona es avergonzada e insultada - y lo opuesto también sucede [es decir, la disputa despierta el anhelo por la comida]. Ese hambre es un aspecto del prepucio, como está escrito, “Es una humillación para nosotros” (Génesis 34:14). 


Específicamente, esto corresponde a tres fuerzas impuras que rodean el pacto de paz (brit shalom). Cuando la persona quiebra la klipá -que está asociada con la vergüenza y con el deseo de comida- se revela entonces el pacto de paz. Consecuentemente se alcanza la paz aquí debajo y, como resultado, también hay paz en las alturas superiores. Entonces el mundo recibe una revelación y un gran aumento de la satisfacción [como está escrito, “Quien establece la paz en tus fronteras y te sacia con lo mejor del trigo” (Salmos 147:14)].


3. Cuando tus relaciones maritales se lleven a cabo con santidad y quiebres tu alma ansiosa -es decir, tu alma animal- de modo que parezca como que “un demonio te está forzando” (Nedarim 20b) [como opuesto a seguir tu propia satisfacción]- tendrás una descendencia viable. 
Pues los niños fallecen, Hashem no lo permita, debido al alma animal.


4. También es necesario que tus relaciones maritales se lleven a cabo principalmente en la noche del Shabat [i.e., el viernes por la noche], para que puedas tener una descendencia viva y duradera.

Lectura del 20 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 37)


9. Por lo tanto, nuestros Sabios, de bendita memoria, dijeron, “Aquel que comete un pecado y se avergüenza de ello es perdonado en el momento” (Berajot 12b). 


Pues el pecado introduce un espíritu de insensatez en la persona, pero al avergonzarse le vuelven las facultades mentales, como está escrito, “Entonces comprenderás el temor a Hashem” (Proverbios 2:5) - y el temor es equivalente a la vergüenza. 


La vergüenza es la esencia del arrepentimiento mediante lo cual la persona merece la luz de los tefilín, que es el “brillo de la piel del rostro”. Por el contrario, “Si la persona es desvergonzada, puedes estar seguro de que los pies de sus ancestros no estuvieron en el monte Sinaí” (Nedarim 20a), y “también podrás estar seguro de que ha pecado con una mujer casada” (Taanit 7b). 


Ello se debe a que esa persona está unida a la impureza de la serpiente primordial de la cual nació Caín - y Caín quería llevarse a la hermana gemela de Abel (Bereshit Rabah 22:3 enseña, “Una hermana gemela nació junto con Abel”).


“Cuando el pueblo judío estuvo de pie ante el monte Sinaí le fue quitada la impureza -ésa era la impureza de la serpiente primordial- pero las naciones, que no estuvieron en el monte Sinaí, no perdieron su impureza” (Shabat 146a). 


Esto explica el uso de la frase “los pies de sus ancestros” - ello hace referencia literal a los pies, pues esa persona desvergonzada no tiene pies, por así decirlo, dado que está unida a la impureza de la serpiente y está escrito de ella, “Sobre tu vientre te arrastrarás” (Génesis 3:14; ésta fue la maldición de la serpiente primordial).


 Esa persona está también unida al Árbol de la Muerte y desciende al Gueinom.


Pues Adán, el primer hombre, produjo un daño en los tefilín - que es el mismo concepto que el Árbol de Vida, como está escrito, “Hashem está sobre ellos [i.e., los tefilín] - ¡ellos vivirán!” (Isaías 38:16) - y Adán se unió al Árbol de la Muerte. Debido a ello, “Él lo expulsó del Jardín del Edén” (Génesis 3:24), porque “Los desvergonzados están destinados al Gueinom” (Avot 5:20)


Sin embargo, cuando Adán se arrepintió, “‘Él les hizo vestimentas de piel’ (Génesis 3:21) - estos son los tefilín” (Tikuney Zohar #69, 105b), correspondientes al “brillo de la piel del rostro”


Así, con la vergüenza -que es la luz de los tefilín- se perdonan todos los pecados y la persona se une al Árbol de Vida. Pero aquel que no tiene vergüenza delante de los verdaderos Tzadikim ni ante los rectos y temeroso de Hashem, posee la osadía del Otro Lado y desciende al Gueinom. 


Sin embargo, si se arrepiente y siente vergüenza por sus pecados, éstos le son perdonados. También elimina el espíritu de insensatez y merece la luz de los tefilín, que corresponden al Árbol de Vida.

Lectura del 19 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 37)

7. Cuando la persona rectifica el habla se vuelve digna de expresarse delante de su Creador con un fervor apasionado. Pues todos deben acostumbrarse a hablar con su Creador con total honestidad y verdad. Cada uno debe expresar lo que siente hasta despertar verdaderamente su corazón al servicio a Hashem; hasta llegar a decir con fervor las palabras de verdad que hay en su corazón, con un real sentimiento de arrepentimiento; hasta poder contemplar su propia bajeza y la grandeza del Creador; y hasta llegar a sentir una gran vergüenza delante de Hashem. 

Pues hasta ahora todo lo que ha hecho es meramente dejar de lado sus pecados e ignorarlos. Pero ahora que lo reconoce, se siente embargado por una gran vergüenza debido a la enormidad de las transgresiones cometidas en contra del Señor y Gobernante, que es la Esencia y la Raíz de todos los mundos.

Sin embargo, en un principio, esa vergüenza no era visible en el rostro de la persona debido a que sus pecados le habían embotado el intelecto y la mente con un espíritu de insensatez. Pues antes de merecer arrepentirse por completo no poseía la comprensión necesaria que le hubiese permitido sentir la propia vergüenza dada la enormidad de sus transgresiones y la grandeza del Creador en contra de Quien pecó. 

Pero subsecuentemente, una vez que se arrepiente y elimina la insensatez, fortaleciendo su intelecto, experimenta entonces esa vergüenza mucho más plenamente y ésta se revela en su rostro. Esa vergüenza es un aspecto de la “luz de los tefilín”, que son la señal de la verdadera unión con el Creador. Esa vergüenza es también el estado interior detrás del “brillo de la piel del rostro”, resultado de una profunda e intensa unión con Hashem (ver Éxodo 34:29-30, donde se habla sobre el brillo del rostro de Moisés). 

Con esa vergüenza, todos los pecados son perdonados y la persona se une al Árbol de la Vida.

8. Con esto podemos discernir si la persona siente temor a Hashem, que es idéntico a la vergüenza, como enseñaron nuestros Sabios, de bendita memoria (Nedarim 20a). Si contemplamos el rostro de la persona después de que ha rectificado sus pecados, si miramos su cara y sentimos temor y vergüenza -o en otras palabras, si alcanzamos un conocimiento de la grandeza del Creador- entonces podemos estar seguros de que esa persona siente temor a Hashem. Ésta es la explicación del versículo, “Entonces comprenderás el temor a Hashem y alcanzarás Su conocimiento” (Proverbios 2:5). “Entonces comprenderás el temor a Hashem” significa que podrás discernir si es que la persona siente temor a Hashem, “y alcanzarás Su conocimiento” significa que también tú lograrás la conciencia de la grandeza del Creador - es decir, la vergüenza y el temor. Ésta es también la explicación del versículo, “‘Todas las naciones del mundo verán que el Nombre de Hashem está sobre ti’ (Deuteronomio 28:10) - esto hace referencia a los tefilín” (Berajot 6a); “y te temerán” (Deuteronomio 28:10) - en otras palabras, también ellos estarán llenos de temor y de vergüenza. 

Pues el temor y la vergüenza corresponden al concepto de los tefilín, que son llamados peer (esplendor)(Berajot 11a); y PeER denota la revelación de un conjunto de colores, como está escrito, “Israel, en quien Yo me enorgullezco (etPaAR)” (Isaías 49:3). [Hashem se enorgullece de Su pueblo Israel que] “consiste de muchos y diferentes colores” [i.e., muchas y diferentes clases de judíos] (ver Zohar II, 90b). Y esto es lo que vemos empíricamente, que cuando la persona siente vergüenza, se pone de diferentes colores.

Lectura del 17 y 18 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 37)

17 Shvat
2. Sin embargo, es imposible alcanzar [la unión interna con Hashem cuya señal externa son] los tefilín si no se santifica y rectifica el habla. 

Pues el habla corresponde a “Maljut, es la boca” (Tikuney Zohar, Introducción); y también es un aspecto del mar y del Nombre de Hashem ADoNaI, como se expresa en el versículo, “Hashem (ADoNaI), abre mis labios” (Salmos 51:15)

Cuando uno abusa del habla -que es el “hálito de la boca del Santo, bendito sea”- el aliento de su boca se transforma en un “viento tormentoso”.

Para explicar: Cada uno de los diez puntos vocales del lenguaje hebreo puede unirse con cada una de las veintisiete letras del alfabeto hebreo, incluyendo las consonantes finales, dando un total de 270. Ahora bien, [cuando la persona abusa del habla, las 270 letras del] habla -que es un aspecto del Nombre de Hashem ADoNaI- se transforman entonces en saaráh (tormenta). 

Pues Samaj-Hei [la primera y la última letra de la palabra SaaráH] tienen el valor numérico [de 65, que es equivalente al valor numérico] de ADoNaI; [y Resh-Ain, las dos letras del medio de la palabra saARáh, tienen el valor de 270,] correspondiente a las 270 letras [en el alfabeto hebreo con sus vocales]. Este “viento tormentoso” del habla dañada es el Gran Acusador; de él provienen todas las acusaciones y las pruebas que le acaecen a la persona. Ese “viento tormentoso” es el “detrás de las palabras”, como está escrito en el santo Zohar (I, 119b) [i.e., ésta es la fuerza impura que absorbe la vitalidad proveniente de las palabras dañadas por la persona], y es el mismo “viento tormentoso” que “hace estragos en el cuerpo de la persona” (Tikuney Zohar #18). 

Más aún, todas las calumnias y todo el mal que se dice de una persona provienen de ese mismo “viento tormentoso”. Pues ese habla destructiva es denominada “el fin de toda carne” (Génesis 6:13), debido al hecho de que destruye y “pone fin” a toda carne [i.e., a toda la gente].

3. Las personas que juzgan a los demás de manera negativa y que siempre buscan las faltas en los otros, son la encarnación del Otro Lado y el “final de toda carne”. Tales personas buscan traer constantemente “el final” y la destrucción, Hashem no lo permita, y despertar el juicio estricto, para calumniar y acusar. Casi todo el poder destructivo de esas personas proviene del abuso del habla por parte de la víctima. Al rectificar el habla se anula su poder.
4. Todos deben ocuparse de doblegar el “final de toda carne” bajo el habla sagrada. En otras palabras, se debe extraer del Otro Lado toda el habla dañada que ha caído allí debido al hecho de haber hablado de una manera no santa. 

Más aún, se debe elevar el habla hacia su fuente y rectificarla. Entonces se merecerá la verdadera unión con Hashem, que se manifiesta en los tefilín.


18 Shvat
5. Es necesario elevar el habla a su fuente - esto es el “brazo”, o más específicamente, los “cinco dedos de la mano izquierda”. Esos “cinco dedos” corresponden a las “cinco guevurot (severidades)” que se relacionan, a su vez, con los cinco grupos de sonidos de las letras consonantes producidos por la boca, dado que el habla deriva de las guevurot, como está escrito, “Ellos hablarán de Tu guevurá” (Salmos 145:11). 

Ahora bien, la elevación del habla comienza desde la “cabeza” del habla -es decir, desde su parte más selecta- que es la verdad que está contenida allí. Esa parte del habla es llamada su “cabeza”. Pues hay muchas clases de verdad, como dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria, “La verdad ha sido escindida” (Sanedrín 97a), y como está escrito, “La ‘cabeza’ de Tu palabra es verdad”.
En otras palabras, la elevación del habla comienza cuando la persona se expresa delante de Hashem y habla con absoluta honestidad, con fuerza y poder. 

Pero cuando reina el “viento tormentoso”, la persona es incapaz de hablar directa y honestamente, pues ese “viento tormentoso” la confunde. 

Por lo tanto, deberá tomar un camino alternativo dado que, debido a la confusión generada por ese “viento tormentoso”, es incapaz de decir una palabra con genuina sinceridad. Pero al rectificar el habla no experimentará más confusión.

6. El habla se rectifica mediante la Torá que uno estudia pese a situaciones de pobreza y bajo presión, en momentos de dificultad y bajo todas las diversas formas de oscuridad y de sufrimientos, que Hashem nos salve.

Cuando la persona se sobrepone y logra estudiar Torá, una “hebra de bondad” desciende sobre ella, como dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria, refiriéndose a aquel que estudia Torá por la noche (Jaguigá 12b). Pues en la noche predomina el “final de toda carne”; y al estudiar Torá de noche se produce la caída y la dispersión de todos los acusadores que reinan sobre el habla, anulando también las otras fuerzas del juicio severo y el lado de la impureza. De esa manera se rectifica el habla y se la eleva hacia su fuente. Entonces el habla estalla en canción, en alabanza y en agradecimiento al Santo, bendito sea, y uno se vuelve digno de orar, de agradecer y de alabar a Hashem, y de expresarse libre y fervorosamente delante de Él.

Lectura del 15 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan





(likutey moharan I # 37)

6. Es necesario ser muy cuidadosos y honrar al anciano que, de manera involuntaria, ha olvidado sus conocimientos (Sanedrín 96a). 

Mediante el honor que se le demuestra, se anula su olvido y se revela su alma - es decir, su recuerdo de la Torá. También se anulan los juicios estrictos, la oscuridad, etc., y se hace descender al mundo la luz, la bondad, la vida y la sabiduría de la Torá. Pues el honor de Hashem es la raíz de la Torá, como está escrito, “Para Mi honor Yo lo he creado” (Isaías 43:7); y dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria, “No hay más ‘honor’ que la Torá” (Avot 6:3).

7. Los carniceros rituales indignos son los principales responsables de la falta de sustento - que ha disminuido en las últimas generaciones. Pues el carnicero que es digno alimenta y le da sustento al pueblo judío, porque al pronunciar con total concentración la bendición del acto de faenar, eleva el alma encarnada en el animal hacia el nivel de un “ser hablante”.

El carnicero debe concentrarse apropiadamente en el hecho de elevar el alma -que está en la sangre del animal- pues de esa manera ésta surge y se eleva hacia la Presencia Divina en el aspecto de “aguas femeninas”

Entonces, mediante esas “aguas femeninas” que ahora posee, la Presencia Divina se vuelve apta para la unión; y como resultado de esa unión, ella recibe el sustento para el pueblo judío. Es por ello que el cuchillo del carnicero es llamado maajelet(literalmente, “aquello que alimenta”), como está escrito, “Y él tomó el maajelet” (Génesis 21:10). Es decir, el cuchillo del carnicero recibe su nombre del carnicero ritual que es digno y que “alimenta” al pueblo judío.

Pero cuando el carnicero no es digno -y en el momento en que pronuncia la bendición tiene pensamientos inválidos y ni siquiera piensa en el acto- entonces, de pie con su cuchillo en la mano dispuesto a faenar el animal, se asemeja a un asesino de almas. 

Ello produce sufrimiento en el alma del animal, que clama con amargura. Pues el cuchillo de ese carnicero es “la espada del desierto” (Lamentaciones 5:9); no es la “espada de Hashem” (Isaías 34:6) -que se identifica con la Presencia Divina y con el habla- dado que no eleva el alma encarnada en el animal. 

Por el contrario, el carnicero indigno hace descender el alma desde su nivel actual -el nivel del “animal”- y ahora no tiene un lugar para descansar ni protección. ¡Ay de un carnicero así! ¡Ay del alma que ha asesinado y ha entregado a sus enemigos! Y así, la Presencia Divina no recibe las “aguas femeninas” con las cuales traer sustento a su hogar. Entonces, “Con peligro de nuestras vidas conseguimos nuestro pan, a causa de la espada del desierto” (Lamentaciones 5:9).

En otras palabras, con enorme trabajo y esfuerzo, Hashem no lo permita, y a duras penas, nos ganamos un magro sustento - todo debido al cuchillo de ese carnicero que es llamado “la espada del desierto” (dado que le entrega el alma del animal a las fuerzas de la impureza que, como es sabido, gobiernan en el desierto).

Lectura del 14 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 37)


4. Ahora bien, hay dos tipos de caridad: la caridad dada fuera de la Tierra de Israel y la caridad dada en la Tierra de Israel. La caridad que se les da a aquellos que habitan en la Tierra de Israel es más grande y más elevada que la que es dada fuera de la Tierra.


De manera similar, hay dos tipos de Torá, pues “La Torá que proviene de un aliento no contaminado por el pecado no puede compararse con la Torá que proviene de un aliento contaminado por el pecado”(Shabat 119b). Pues los juicios estrictos son mitigados y el mundo se mantiene sólo gracias al aliento no contaminado por el pecado de los pequeños escolares; dado que mediante ese aliento los Patriarcas se revelan en el mundo, para protegerlo. 


Al dar caridad para aquellos que habitan en la Tierra de Israel, uno se incluye en el “aire de la Tierra de Israel”, que es una y la misma cosa que el “aliento sagrado que no está contaminado por el pecado”. Así, la caridad que se les da a aquellos que habitan en la Tierra de Israel es el medio esencial para eliminar del mundo los juicios estrictos, la oscuridad, el olvido y la insensatez. Esta clase de caridad también elimina las ideologías seculares, llegándose a merecer la sabiduría de la sagrada Torá.


 Más aún, la persona se hace digna de la memoria -que es luz- y de todos los otros conceptos paralelos.


5. Por lo tanto, cada uno debe buscar para sus hijos un maestro honesto, digno y temeroso de Hashem, y rogarle a Hashem incansablemente para que el maestro de sus hijos no corrompa el aliento sagrado de los escolares, que sostiene al mundo.


 (Pues debido a nuestros muchos pecados, ahora existen sociedades educativas cuyo objetivo es enseñarles a los niños judíos el saber secular -que es estupidez y oscuridad- y también los idiomas de los gentiles (este tema está tratado en el Likutey Halajot, Hiljot Pesaj 


7). Esos estudiosos contaminan el aliento sagrado de los escolares quienes subsecuentemente llegan a crecer como ateos, heréticos y demás. Por lo tanto, el rabí Natán escribe allí [en el Likutey Halajot]: “¡Feliz aquel que se mantiene lejos de esa gente, tanto él como sus hijos!”. Todos tienen la obligación absoluta de no llevar a sus hijos a una escuela en la cual haya incluso un solo niño que siga esos malos senderos y esté estudiando el saber secular e idiomas - aunque haya aprendido todo eso en otro lugar. Pues está prohibido tener conexión alguna con esa gente).

Lectura del 13 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 36-37)


8. Es un principio fundamental que “De la Boca del Supremo no procede ni lo malo ni lo bueno” (Lamentaciones 3:38) - sino una luz Divina indiferenciada.


 Esa luz toma forma de acuerdo al recipiente que la recibe. Pues, al descender, esa luz indiferenciada puede ser descrita como “cerrada y sellada”, estando asociada con el punto vocal hebreo kamatz [que también significa “cerrado”]. Por otro lado y de acuerdo al recipiente que la recibe, esa misma luz está identificada con el punto vocal TzeIRei, en el hecho de que la luz es entonces formada (niTztaIeR) de acuerdo al recipiente que la capta.


 Si el recipiente está entero, entonces la luz es recibida como MeOROT (luces), con la palabra MeOROT deletreada de manera completa [con dos Vav]. Pero si el recipiente no está entero, Hashem no lo permita, entonces la persona recibe esa luz como MeoRoT (luces), deletreado con una sola Vav [al igual que MeaRaT (maldición)], como está escrito, “La maldición (MeaRaT) de Hashem está en la casa de los malvados”(Proverbios 3:33). 


Es por este motivo que Bilaam le aconsejó a Balak que atrajese al pueblo judío mediante la pasión sexual (Sanedrín 106a), para arruinar los recipientes necesarios para recibir la luz Divina. 


Pues el ansia por el sexo daña las facultades mentales volviendo literalmente loca a la persona, Hashem no lo permita. Es por ello que los expertos en medicina dicen que la castración es una cura para la demencia. El principio gobernante aquí es que “Iesod asciende hacia Aba e Ima” [i.e., que la cualidad de las facultades mentales de la persona está directamente conectada con su nivel de pureza sexual], correspondiente a “Mi Nombre, IH, testifica por ellos [que son sexualmente puros]” (Rashi sobre Números 26:5); y IH alude a las facultades mentales.


37 -                “Busca a Hashem y Su Fuerza”
                               (Salmos 105:4)


1. El principal motivo de la creación es “para que podamos conocer a Hashem” (Zohar II, 42), como está escrito, “Todo lo que es llamado en Mi nombre, Yo lo he creado, Yo lo he formado y Yo lo he hecho para Mi honor” (Isaías 43:7).


2. El cuerpo, en su relación con el alma, corresponde a los aspectos de lo material, lo animal, la insensatez y la oscuridad. También se relaciona con la muerte, el olvido y el saber secular como opuesto a la sabiduría de la Torá. Por otro lado, la sabiduría de la Torá está identificada con el hombre, como está escrito, “Ésta es la Torá - el hombre” (Números 19:14). Y también corresponde a la forma espiritual [en contraposición a lo material], a la luz, a la sabiduría, a la memoria y a la vida. 


Cada uno debe subyugar el aspecto material -es decir, la insensatez del cuerpo, en la forma de las pulsiones físicas- para separarse así de todos esos deseos.


3. Ello se logra mediante el ayuno. Al ayunar, se debilitan los cuatro elementos del cuerpo [el fuego, el aire, el agua y la tierra] que son la raíz de los deseos físicos. Mediante el ayuno se subyuga la materia del cuerpo -su insensatez, el olvido y la oscuridad- predominando y elevándose entonces el intelecto, la forma espiritual y la memoria. 


El ayuno también anula los juicios estrictos y la oscuridad, haciendo descender al mundo un influjo de amor Divino. Sin embargo, la esencia de la rectificación efectuada por el ayuno se produce mediante la caridad [que es dada en conjunción con el ayuno]. Ayunar también anula a las ideologías seculares frente a la sabiduría de la Torá, y mediante el ayuno uno merece un buen sustento.

Lectura del 12 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 36)


5. Sin embargo, todo ello sólo se aplica a la persona que ocasionalmente experimenta un pensamiento inmoral; entonces le es suficiente con recitar esos dos versículos. 


Pero si es habitual en ella cavilar sobre ese deseo, Hashem no lo permita, y es incapaz de evitarlo, deberá llorar en el momento en el que acepta el yugo del Reinado del Cielo.


 Pues las lágrimas provienen de un exceso de bilis negra [i.e., la melancolía] y la bilis negra es el bazo. El bazo está identificado con el Reinado del Mal, la “mujer lasciva”. Así, al llorar, se expele la materia excedente y ésta deja el cuerpo -es decir, el deseo por el sexo que deriva de las impurezas en la sangre, resultado de un exceso en el bazo- y el alma queda así incluida en el Reinado del Cielo. 


Esta persona deberá inspirarse hasta llegar a las lágrimas al recitar el Shemá Israel y Baruj Shem Kevod Maljutó Leolam Vaed.


6. Cuando el Tzadik verdadero revela una enseñanza de Torá, hace descender nuevas almas para cada uno de los presentes que oyen esa enseñanza y que están conectados con ella. Cada uno de ellos recibe entonces una nueva alma de acuerdo a quién es y en relación a su propia comprensión.


7. Es un principio fundamental el hecho de que es imposible que alguien comprenda y aprehenda el significado de las palabras del Tzadik si primero no rectifica apropiadamente su pureza sexual. 


Por el contrario, cuando la persona daña la pureza sexual, su mente y su cerebro se enturbian al punto en que no puede aprehender ni comprender en absoluto las palabras del Tzadik. 


Consecuentemente, si sigue tras la maldad de su propio corazón y le presta atención a las estúpidas dudas y cuestionamientos que entran en su mente, será proclive a equivocarse con las palabras del Tzadik. “Los senderos de Hashem son rectos; los justos andarán en ellos y los pecadores en ellos tropezarán” (Hoshea 14:10)


En otras palabras, cada persona recibe e interpreta las enseñanzas de Torá del Tzadik de acuerdo a su propia comprensión, lo que está determinado por la cualidad de su propio recipiente - es decir, de su mente. De este modo, si la persona ha rectificado su pureza sexual, sus facultades mentales no estarán dañadas y se mantendrán intactas. Como se explica en el santo Zohar (II, 110), “Iesod asciende hacia Aba e Ima”, correspondiendo Aba e Ima a las letras Iud y Hei, que se relacionan con ambos lados del cerebro


De acuerdo a ello, [si la persona rectifica a Iesod - correspondiente al órgano de la reproducción] puede comprender las palabras del Tzadik y obtener una nueva alma a través de las revelaciones de Torá. 


Por otro lado, aquel que no se rectifica en esa área, Hashem no lo permita, se encuentra en la categoría de “los pecadores en ellos tropezarán” - dado que la comprensión y el entendimiento están en relación directa con el grado en que se ha rectificado la pureza sexual.

Lectura del 10 y 11 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 35-36)

10 Shvat

14. Incluso la persona que no puede estudiar y cuyas facultades mentales no reciben nueva vitalidad cuando lleva a cabo sus negocios de manera fidedigna -dado que no está dedicada al estudio de la Torá, que es la fuente esencial de la comprensión y del intelecto- igualmente efectúa una rectificación cuando conduce sus negocios con fe. 

Pues, aunque no se beneficia a ella misma, beneficia a otra persona que tiene la misma raíz espiritual que ella. Pues las facultades mentales de la otra persona se revitalizan en sus actividades comerciales fidedignas y así, esa otra persona, obtiene poderes mentales renovados para estudiar Torá y unirse al Creador.

15. Y esto corresponde a soplar el shofar en Rosh HaShaná. Rosh HaShaná, como es sabido, es un aspecto de “dormir”, que es un aspecto de la actividad comercial fidedigna. 

Pero los sonidos del shofar producen un despertar, que es la renovación de los poderes mentales -es decir, el intelecto y el alma de cada persona- mediante la Luz del Rostro.  
Ésta es la explicación profunda de por qué el rostro de la persona que sopla el shofar se pone rojo por el esfuerzo - es decir, [debido a que en el momento en que sopla el shofar,] se despiertan las “Luces del Rostro Superior”. Así, al oír los sonidos del shofar, cada persona, en su propio nivel, puede ser digna de traer un nuevo intelecto y una nueva alma proveniente de la Luz del Rostro.


36 - “Cuando los malvados se me acercan”
(Salmos 27:2)

1. Toda alma judía, antes de experimentar una revelación en la Torá y en el servicio Divino, es probada y refinada en el exilio de las setenta naciones - es decir, en sus deseos físicos. Para explicar: Cada una de las setenta naciones tiene algún rasgo negativo propio de esa nación, que no se encuentra en ninguna de las otras naciones. Debido a esos rasgos, esas naciones se encuentran lejos de los setenta “rostros” o “facetas” de la Torá. 

Ahora bien, “la cáscara siempre cubre al fruto” y aquel que desee comer del fruto deberá primero quebrar la cáscara. Por lo tanto, antes de recibir una revelación de comprensión -que es una revelación de Torá, dado que la Torá es la esencia de la verdadera comprensión y de la sabiduría- el alma se ve forzada al exilio -es decir, al exilio en los rasgos negativos y en los deseos físicos de las setenta naciones- para poder quebrar esos rasgos y deseos y subsecuentemente llegar a la revelación en la Torá y en el servicio Divino.

Cuando el alma está en el exilio debe clamar a Hashem, una y otra vez. Se dice que esos clamores son “setenta” en número [dado que el alma desea dejar el exilio entre las setenta naciones y entrar en los setenta rostros de la Torá], exactamente como la parturienta que está por dar a luz y clama setenta veces debido a la amarga angustia de los dolores de parto. Los setenta clamores de la parturienta corresponden a las setenta palabras contenidas en el Salmo, “Que Hashem te responda en los días de dificultad” (Salmos 20:2; Zohar III, 249), pues sin esos clamores es imposible dar a luz. Lograr una revelación en la Torá y en el servicio Divino es similar a dar a luz. Uno se hace digno de esa revelación clamando también “setenta veces”, hasta que Hashem Se apiada y le permite prevalecer y quebrar todos los deseos físicos.


11 Shvat


2. Debes saber que la prueba y el proceso de refinamiento más importante que la persona debe atravesar implica el deseo sexual. Ese deseo engloba a todos los malos deseos y rasgos negativos de las setenta naciones y de los setenta idiomas; la persona que quiebre esa pasión por el sexo podrá quebrar también con facilidad todos los otros deseos. 

Por lo tanto, cuando uno es puesto a prueba en el exilio de esa pasión, cada persona de acuerdo a su manera en particular, debe elevar la voz y clamar a Hashem no menos de setenta veces. 

En otras palabras, debe clamar a Hashem profusamente hasta que Hashem le muestre Su compasión y merezca superar y quebrar ese deseo junto con todos los otros deseos. Pues quebrar esa pasión es la rectificación general (tikún haklalí) que incluye a todo lo demás.

3. Cuanto más se haya efectuado esa rectificación general y cuanto más lejos esté la persona del deseo por el sexo, más cerca estará de una revelación de Torá. 

Lo opuesto también sucede [es decir, cuanto más deseo tenga, más alejada estará de esa revelación], Hashem no lo permita. Cuando uno supera la prueba y quiebra “la cáscara que cubre al fruto” -cuya esencia es quebrar el deseo- merece entonces dar a luz [i.e., obtener] las mentalidades [Jojmá y Biná]; de este modo se le abrirán los secretos de la Torá y se le revelarán las cosas ocultas. 

En la medida en que la persona supere esa prueba y quiebre el deseo, merecerá una gran revelación en el estudio de la Torá y en el servicio Divino.

Y en el grado en que se haya rectificado en esa área, así mismo merecerá los setenta rostros de la Torá.

4. La rectificación para los pensamientos lujuriosos consiste en decir, “Shemá Israel, Adonai Eloheinu Adonai Ejad - Escucha Israel, Adonay nuestro Elohim, Adonay es Uno”, y “Baruj Shem Kevod Maljutó Leolam Vaed - Bendito sea el nombre de Su Glorioso Reinado por siempre”

La explicación de esto es que el anhelo por el sexo deriva de las impurezas en la sangre -es decir, del bazo- y el bazo está asociado con Lilit, la “esclava malvada” y la madre de la multitud mezclada, que es el Reinado del Mal. 

Lo opuesto de Lilit es el Reinado del Cielo, la “Dama Real”, “la mujer temerosa de Hashem”(Proverbios 31:30), que es un aspecto del Mar de Salomón que se encuentra sobre las doce vacas. Esas doce vacas representan las doce tribus (Zohar I, 241)

Cuando la persona acepta el yugo del Reinado del Cielo recitando las doce palabras de los dos versículos del Shemá -que corresponden a las doce tribus y que contienen cuarenta y nueve letras, correspondientes a las cuarenta y nueve letras que conforman los nombres de las doce tribus*- entonces su alma queda incluida en las doce tribus de Israel.

* Or HaGanuz explica que en el futuro diremos, “Baruj HaShem Kevod Maljut Leolam Vaed - Bendito sea Hashem, Su Glorioso Reinado por siempre” - llevando a cincuenta el número de letras en los dos versículos del Shemá, que es el valor de la palabra IaM (mar). De manera similar, hay una cuenta alternativa de las cincuenta letras de los nombres de las sagradas doce tribus y esto es Iam shel Shlomo (Mar de Salomón).

Igualmente, al recitar el Shemá y el Baruj Shem, la persona separa su alma del alma de la multitud mezclada, que proviene de la “mujer lasciva” -la “esclava malvada”- quien es la raíz del deseo que engloba a todos los rasgos negativos de las setenta lenguas. Éste es el motivo por el cual nos cubrimos los ojos al aceptar el yugo del Reinado del Cielo al recitar el Shemá, para indicar que, de esa manera, somos como “la hermosa doncella que no tiene ojos” (ibid., II, 95), que carece del deseo que abarca a todos los rasgos negativos de las setenta lenguas.

Lectura del 9 de Shevat del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 35)


11. Al llevar a cabo los negocios de manera fidedigna, la persona debe cuidar su fe para que las fuerzas externas no prevalezcan sobre ella y lleguen a dañarla, Hashem no lo permita. Por lo tanto, debe fortalecerse haciendo sus negocios con una gran fe, siguiendo el ejemplo de Rav Safra y “diciendo la verdad en su corazón” (Salmos 15:2) - de modo que incluso si está de acuerdo con un precio “en su corazón”, aunque no lo diga, no lo cambiará aunque vea que el comprador está deseoso de pagar más, como dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria (Makot 24a). Mediante este tipo de conducta, la persona atrae sobre sí el jashmal (que tiene el mismo valor numérico que malbush [vestimenta]) - ésta es una “vestimenta proveniente del mundo de Biná”. “Biná es el corazón” (Tikuney Zohar, Introducción), yBINá está identificada [con el concepto de IMa (Madre), como en,] “Si [IM] llamas a la comprensión (BINá)” (Proverbios 2:3). Entonces, “La madre cubre a sus polluelos” (Tikuney Zohar, Introducción) -es decir, el corazón hace el jashmal- esto es, forma un malbush (vestimenta) alrededor de la fe - para que las fuerzas externas no puedan nutrirse de ella. 


De esa manera, la persona protege su mente, su alma y su fe, y puede entonces renovar el alma y el intelecto dentro de la fe con la que lleva a cabo sus negocios.


12. Realizar los negocios de manera fidedigna, es un aspecto de la ofrenda diaria y del encendido del incienso en el Santo Templo. Pues cuando se hacen los negocios con fe, se une la mente -es decir, Jojmá, Biná y Daat- con la fe y con el significado simple de la Torá, que corresponde al mundo de Ietzirá


Consecuentemente, se fortalece la fe al punto de elevar todas las chispas de santidad hundidas en las fuerzas de la impureza, de la misma manera en que las elevaban las once especies de la ofrenda del incienso. Cuando esas chispas sagradas se elevan, se desmoronan y caen todas las fuerzas de la impureza, todas las naciones y todas las tierras que rodean a la fe - que es llamada “Jerusalén, la Ciudad Fiel” (Isaías 1:21).


Esto es un paralelo de la destrucción de la simiente de Amalek, que era una de las tres mitzvot dadas a los judíos cuando entraron a la Tierra de Israel (Sanedrín 20b). Y esas fuerzas malignas se desmoronan como consecuencia de la elevación de las chispas sagradas que estaban hundidas en las fuerzas de la impureza. Entonces, “cuando uno desciende, el otro automáticamente se eleva” – y ésta es la [segunda] mitzvá, el nombrar un rey [i.e., luego de la aniquilación de Amalek, puede entronizarse un rey judío], dado que nombrar un rey es un aspecto de la fe, que es Maljut. 


Mediante la designación de un rey, los judíos merecen entonces la [tercera] mitzvá, que es construir el Santo Templo y Jerusalén - es decir la fe. Entonces la mente se renueva y se eleva hacia el ámbito de la fe, que es un paralelo de la construcción del Santo Templo, como dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria, “Cuando uno tiene conocimiento, es como si el Santo Templo hubiera sido construido durante su vida” (Berajot 3a).


El Santo Templo es un aspecto de la Luz del Rostro - que es la fuente de la vitalidad mediante la cual se renueva la mente y el alma (ver más adelante, Lección #280).


13. El jashmal corresponde a las correas de los tefilín; y son esas correas las que “rodean a Maljut”, es decir, rodean la fe. La palabra ReTZUA (correa) tiene el valor numérico de 370 (sumando una unidad por la palabra misma). Ello alude al hecho de que por medio de ese jashmal, que está identificado con “dice la verdad en su corazón”, se preserva la fe y el alma - es decir, las facultades mentales subsumidas en el alma; y ellas reciben una nueva vitalidad proveniente de la Luz del Rostro, que son las “370 luces de la Luz del Rostro” que emanan de los mundos de la Rectificación y de la Verdad (Shaar HaKavanot, Tefilín). Pues mediante la correa de los tefilín la persona preserva su fe.

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