Lectura del 3 de Sivan del Kitzur Likutey Moharan


(likutey moharan I #  135)









“Cuando tome el momento designado”
(Salmos 75:3)

1. Un método muy eficaz para salvarse del rasgo del orgullo es honrar a las Festividades y recibirlas con regocijo, con gozo y con un espíritu de alegría; deleitándose en ellas con la comida, con la bebida y con ropas especiales, de acuerdo a los medios de cada uno.

2. El apego al Tzadik también anula el orgullo. La humildad es una buena indicación de que la persona está genuinamente unida al Tzadik.

3. El amor es la esencia del apego al Tzadik. Es decir, uno debe sentir un total amor por el Tzadik y su alma debe estar tan íntimamente unida al alma del Tzadik que el amor por el Tzadik sobrepase por completo su amor por las mujeres, como en, “Tu amor fue maravilloso para mí, más que el amor de las mujeres” (Samuel II, 1:26).

4. Cuando la persona recibe las festividades de la manera apropiada, ello es como si estuviese visitando a su Rav en la festividad, aunque el Rav pueda de hecho estar muy lejos de allí. Y a la inversa, si la persona está unida al Tzadik, podrá entonces sentir la santidad de las festividades. Con esto se eleva el Reinado de Santidad de entre las fuerzas de la impureza, se hace caer al Reinado del Mal y se anula el poder del reinado de las naciones.

5. En las festividades se debe retornar en arrepentimiento en medio de la alegría, dado que en cada una de las festividades el mundo es sometido a juicio, como enseñaron nuestros Sabios, de bendita memoria, “En cuatro instancias el mundo es juzgado: en Pesaj... en Shavuot... en Rosh HaShaná... y en su Sukot” (Rosh HaShaná 16a). 

Por lo tanto, es necesario entonces retornar a Hashem en arrepentimiento; con ello emerge el Reinado de Santidad de entre las fuerzas de la impureza y se acerca la Redención.

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