Lectura del 3 de Nisan del Kitzur Likutey Moharan
(likutey moharan I # 59)
4. La mejor manera de proteger el nombre de la persona -que es equivalente a proteger su alma- es cuidarse de la ira, dado que la ira daña el alma. Si la persona se cuida de la ira y, cuando sucede algo que la encoleriza, se sobrepone a su impulso, suspirando con paciencia y suprimiendo su enojo, se hace entonces digna de una gran riqueza.
Con esto se exalta su nombre y su alma y merece un buen nombre. Todas las almas anhelarán entonces estar incluidas en su alma y se volverá digna de acercar muchas almas a Hashem, lo cual es el honor más grande para el Santo, bendito sea.
5. La ira es dañina para la riqueza. Es necesario saber que cuando la mala inclinación incita a la persona a encolerizarse, ello se debe a que en ese momento, desde arriba, le está siendo canalizada una cierta suma de dinero y la mala inclinación intenta anular ese influjo de riqueza.
Al arruinar el influjo de riqueza mediante la ira, la persona estropea su nombre y su alma. Pero si se cuida de la ira, alcanzará la riqueza, engrandeciendo su nombre y su alma. También merecerá tener un buen nombre, generar muchos discípulos y acercar muchas almas a Hashem.
6. Debes saber que hay muchos malvados a quienes está prohibido traer bajo las alas del servicio a Hashem. Ello se debe a que tales personas arrastran hacia su propio nivel a quienes intentan acercarlas. En ese caso, el juzgarse a uno mismo no sirve para anular su mal.
Esto, a su vez, produce una cantidad de resultados altamente dañinos tal como se explica en detalle en la lección del Likutey Moharán. Por lo tanto, aquel que quiera acercar a los demás a Hashem deberá orar mucho, pidiéndole al Santo, bendito sea, merecer saber a quién rechazar y a quien acercar.
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