Completando las Carencias



          Toda carencia que experimente la persona -así sea con respecto a los hijos, al sustento o a la salud- todo proviene enteramente de la persona misma. 

   Pues la luz de Hashem fluye continuamente sobre ella, pero debido al hecho de estar sumida en la materialidad y a causa de sus malas acciones, la persona se genera una sombra. Es por ello que no le llega la luz de Hashem; y esto, a su vez, es la causa de todo lo que le falta.

 Por lo tanto, si la persona es digna de rectificar sus acciones y sus rasgos de carácter, y purifica su naturaleza física al punto de anularse completamente y entrar en el concepto de la “nada”, sin conexión alguna con este mundo, cesará entonces de generarse una sombra.

Merecerá entonces recibir la luz de Hashem en toda su plenitud y alcanzará aquello que le falta.

 Los Sabios de la Torá, que están asociados con ese concepto de la “nada”, merecen el honor, que es la principal manifestación de la luz de Hashem.

 Cuando Hashem -y de manera similar, el Tzadik- muestra un rostro alegre, ello significa vida y bien para el mundo. Lo opuesto también es verdad, Hashem no lo permita.


173

1.  El alma y la fe son una y la misma cosa. Ahora bien, existe el Mundo de la Fe, que es el lugar del que proviene el atributo de la fe; y el Mundo de la Fe también tiene a su vez fe en Hashem. 

    Esta fe es la raíz de toda fe -es la esencia interna de la fe- y es también la esencia interna del alma. Ahora bien, cuando la persona escribe, pone su alma en la escritura, como en, “Puse mi alma en la escritura” (Shabat 105a).
  
Por lo tanto, al mirar la escritura de la persona, el Tzadik verdadero puede percibir el alma de la persona, la esencia interna de su alma, su fe y la raíz de su fe. Sin embargo, el habla con la cual la persona conversa con el Tzadik verdadero, se encuentra en un nivel más elevado que la escritura.

Ello se debe a que la escritura es sólo una actividad del alma, mientras que el habla es el alma misma. Por lo tanto, a partir del habla, el Tzadik puede discernir de hecho la esencia misma del alma.


174

1. Cuando los juicios estrictos acucian a una persona, Hashem no lo permita, aquellos que oran por ella deben evitar mencionar su nombre, para que los juicios no se fortalezcan, Hashem no lo permita (ver Berajot 34a; Maguen Abraham sobre Oraj Jaim 119:1).

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