Ver lo bueno



Cuentan acerca de un famoso rabino que visitó la tumba de gran Justo Rabi Shimón Bar Yojai. En ese momento estaba allí alguien que lo reconoció y le pidió una bendición, ya que cargaba con una amarga vida. El rabino lo bendijo: "Que tengas fe que todo es para el bien, y puedas ir agradeciendo y alabando al Todopoderoso". "¿Creer que todo es para bien?", dijo esa persona, "¿con una vida tan sufrida y amargada como la mía?". Le respondió el rabino: "¡Claro que sí! ¿Cuándo quieres creer que todo es para el bien? ¿Cuándo es visible y bien entendido? ¡Justamente cuando las cosas no van como tú quieres y no está entendido que es para bien, ahí mismo empieza la fe que todo es para el bien!".
Continuó el rabino animándolo y explicándole sobre la fe: "Tienes que saber que vinimos por un encargo a este mundo y para llegar a la corrección absoluta de nuestras almas. Por esto, todo lo que nos pasa durante nuestra vida, está todo encaminado desde el Cielo para nuestro bienestar. Y no debes culpar a nadie ni siquiera a ti mismo, de lo que pasa. Sólo ten fe que todo es para el bien." El rabino continuó con sus palabras sinceras y llenas de fe, hasta que el hombre sonrió y sintió cómo la amargura se desasía y comenzó a contarle al rabino que sus hijos son buenos gracias a Di-s, y que heredó una casa en la ciudad de Safed y que tiene otra casa en la ciudad de Jerusalén, y que gracias a Di-s no le falta sustento, y también goza de buena salud…


Le preguntó el rabino: "si así es, ¿cuál es la amargura que tanto dices, que te cuesta creer que todo es para el bien?". Le respondió el hombre que se había divorciado y desde entonces estaba amargado y enojado con su vida.


Le dijo el rabino: “Fíjate que rico eres, tienes buenos hijos, propiedades en Safed y Jerusalén, buen sustento y buena salud y eres un hombre agradable. Es cierto que divorciarse no es algo fácil, pero ¡fíjate cuántas cosas buenas tienes!".


Le dijo el hombre: "Es cierto, ahora que has reforzado mi fe así lo veo, pero antes estaba enfrascado en la amargura del divorcio y no veía las cosas buenas de mi vida".


El hombre se marchó agradecido y feliz, lleno de deseos de alabar y agradecer al Todopoderoso por todas las cosas buenas que le había dado.


Les comentó el Rabino a sus alumnos a su vuelta: "Ahora entendemos lo que está escrito en la Torá: "Pero no escucharon a Moisés por la agitación y el duro trabajo". ¿Qué trabajo forzado hacía el pueblo de Israel que tanto les amargaba la vida? ¡Construcción! ¿Qué hay con eso? ¡Mucha gente en todo el mundo trabaja muy duro y están muy felices con su trabajo! Lo difícil para el pueblo de Israel era la falta de fe, que aquí está denominada: “La agitación”. Ellos veían la situación tan mala y amarga que ni siquiera podían escuchar a Moisés que les anunciaba su redención.


¿Qué fue lo que cambió en la vida de este señor luego de nuestra conversación? ¿Acaso le he cambiado algo en su vida? ¿Le he devuelto su esposa? ¡No! Solamente le hablé de la fe, y le hice que ponga su atención a lo bueno que hay dentro de él. Entonces su amargura desapareció. Vemos aquí que todos los sufrimientos que siente el hombre son por la falta de fe, y de por si vive amargado y enojado con su vida, y en verdad estos son sus sufrimientos - que no está satisfecho con su vida y no ve cuántas cosas buenas tiene. Si tuviera fe completa, no sentiría ningún sufrimiento, no importa lo que suceda en el transcurso de su vida.


Ver lo bueno


Escribe Rabi Najman: "El camino de Di-s es enfocar solo en el bien. Incluso si hay cosas que no son tan buenas, Él sólo busca lo bueno. Con mayor razón, al hombre le esta prohibido enfocar en las fallas y defectos de sus compañeros. ¡Tiene la obligación de buscar sólo lo bueno - siempre!"


Esto está explicado varias veces en las doctrinas de Rabi Najman: "La voluntad del Todopoderoso es que estemos felices durante todo el día y no que pasemos el día criticándonos y desvalorizando nuestros actos. Sino que nos observemos con ojos positivos y piadosos. Escribe en el libro "Conversaciones del Rabi Najman": "El hombre debe ser tolerante consigo mismo, no presionarse demasiado. Sino hacer lo que está a su alcance, y lo que todavía no ha llegado a alcanzar rogárselo mucho al Creador, hasta que desde el Cielo le ayuden a lograrlo.


En la doctrina 155 está escrito: "Es necesario que no le importe de nada y que no se confunda con los obstáculos y los impedimentos de su vida, sólo que haga su parte sin temer absolutamente de nada en el mundo".


Este trabajo de buscar los puntos buenos dentro de uno mismo y ver solamente lo bueno, es una de las tareas más difíciles para el hombre. Por cuanto que esta orden es el camino seguro y directo que sólo por medio de él podremos estar seguros de lograr acercarnos al Creador y arrepentirnos. Por lo tanto la mala inclinación se esfuerza y no deja a la persona cumplir esta doctrina y le muestra solamente sus falencias y defectos para que se entristezca y se desanime. Esto es debido a que la mala inclinación sabe que si la persona estaría alegre todo el tiempo, aunque todavía no haya logrado ser un justo, le será muy fácil y rápido arrepentirse y retornar al bien. Esto también cuentan en nombre de Rabi Natán que le dijo a un alumno que si siempre estará con alegría, no verá el infierno.


Uno de los motivos por el cual nos cuesta vencer la mala inclinación en este asunto, es porque ella tiene en contra del hombre muy buenos argumentos basados en las leyes de la Torá. Aunque en contraposición, generalmente se presenta con otros argumentos por medio de los cuales convence al hombre a transgredir las leyes de la Torá, en este caso, condena a la persona y le reprocha justamente por haberlas transgredido, diciéndole todo el tiempo: "Haz visto, pecaste" o dice "No rezaste con concentración, pensaste en cualquier cosa durante tus plegarias" y así muchos otros argumentos que el hombre no se da cuenta que justamente la mala inclinación, está diciendo todo esto solamente para desesperarlo.


La solución para esto es saber que la misma Torá que nos enseña los Preceptos y nos advierte sobre las transgresiones, nos ordena que debemos estar con alegría ,y no fijarnos en estas falencias, como ya hemos mencionado en el principio de este articulo, que Di-s Todopoderoso acostumbra a mirar las cosas buenas que la persona hace. Es sabido que la persona debe intentar parecerse a Di-s en sus atributos, así como nos enseñaron nuestros sabios “Así como Él es misericordioso, así tu también deberás ser”, con seguridad nosotros debemos tratar de parecernos al Creador y mirar solamente lo bueno e ignorar lo malo.


En la doctrina antes mencionada escribe Rabi Najman que tenemos que aprender del Creador no mirar los errores y actos malos de nuestro compañero. Cualquiera entiende que esto es algo bueno. De este mismo modo que uno se dirige al prójimo, así deberá dirigirse a si mismo. Quiere decir, que de la misma forma que debemos dirigirnos a nuestros hijos, alumnos, compañeros, vecinos, etc. con entendimiento y paciencia, sin buscar especialmente sus defectos, así también debemos actuar con nosotros mismos, ¿acaso tu eres diferente de tu prójimo? ¿Acaso tu no eres un hombre al que se debe amar y acercarlo a la Torá?


Esta base tan importante nos la enseña el gran Sabio Hilel. Cuando llegó un no-judío para pedirle que le enseñe toda la Torá durante el tiempo que puede estar parado solamente sobre una pierna, le dijo Hilel: "Lo que no te gusta que te hagan a ti, no se lo hagas a tu compañero". Según lo que hemos dicho, más aun es posible agregar "ni a ti mismo". Es decir, si hay algo que odias y te está prohibido hacerlo a tu prójimo, con mayor razón a ti mismo.


Aprendemos de esto que para saber cómo debo comportarme conmigo mismo, debo saber cómo debo comportarme con el prójimo. Tomemos un ejemplo: La educación de los niños. Está escrito en importantes libros de educación que la forma de educar correctamente a un niño es solamente animándolo y premiándolo por sus buenos actos, y está prohibido estar criticándolo y amonestándolo siempre, ya que esto le baja y debilita su autoestima, y mucha gente se alejó completamente del buen camino por haber cargado sobre sí mismo críticas y reproches más de lo debido.


Según todo esto podemos aprender que si todo el tiempo vamos a mirar sólo nuestros errores y actos malos, esto nos debilitará nuestra autoestima, y nos alejará del buen camino. La forma de tratarnos a nosotros mismos es la misma que con un niño. Debemos animarnos y fortalecernos todo el tiempo para seguir adelante.


Así también con respecto al Precepto de "Reprochar a nuestro semejante". Como está explicado en muchos libros, hoy en día es imposible reprochar al prójimo directamente, ya que esto desanima y aleja. La mejor manera de cumplir hoy en día este Precepto, es aumentando la enseñanza de la Torá a quienes no la saben, y fortificando la fe de todos y de nosotros mismos. Cada uno debe aprender que lo único que tiene que exigirse, es hacer lo máximo para estudiar Torá y fortificarse en la fe y observar bien la situación en la que se encuentra, para poder guiarse según las leyes que la Torá le indica actuar con el prójimo, de esta forma puede retornar al buen camino, él mismo y quienes lo rodean. Así como escribe Rabi Najman que por intermedio de mirar las cosas buenas de su compañero lo sube al hombre de nivel y lo hace volver al buen camino. Más y más para con uno mismo, debemos siempre buscar nuestras cosas buenas y así podremos retornar a la buena senda.


Tratemos de imaginarnos cómo sería si estaríamos junto a alguien al que todo el tiempo y cada momento estaríamos criticando y recordándole sus falencias y sus errores. Ciertamente sería insoportable, y con seguridad está prohibido actuar de este modo. Veremos ahora si esto es exactamente lo que sucede con nosotros mismos. ¿Acaso no nos comportamos de esa misma forma? ¿Acaso no nos pasamos criticándonos todo el día? Esto debilita nuestra alma, impide retornar al Creador y debilita la fe en todos los aspectos de nuestra vida. Con seguridad que no es la Voluntad del Todopoderoso, sino que es la mala inclinación quien nos incita a esto para debilitarnos en nuestro servicio a Di-s.


Si el lector se preguntara ¿Acaso no es bueno una crítica constructiva para uno mismo, para poder mejorarse? Acerca de esto nos responde Rabi Najman que las críticas constructivas se deben dejar solamente para una hora al día, durante la Hitbodedut. En esa hora es debido criticarse, confesarse y arrepentirse de todos los pecados del día frente al Creador. Pero el resto del día se debe estar con alegría y ver sólo lo bueno.


Quien obedece a Rabi Najman y acostumbra estar con alegría durante todo el día, buscando solamente los puntos buenos en él y en todo lo que sucede, y sólo una hora al día se juzga a sí mismo y corrige sus actos, verá que el arrepentimiento y retorno al buen camino (Teshuvá) es muy agradable y fácil, y así en cada situación ó etapa de su vida que se encuentre con algún obstáculo. Y así podrá subir en los niveles del servicio a Di-s, y ciertamente tendrá el merito de retornar completamente hacia el Creador, junto a todo el Pueblo de Israel, Amén.


(Fuentes: Likutey Moharán II, doctrinas 17, 24, 54, 282)


Fuente: breslov.co.il

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