noviembre 2011

El Arizal




                                                               PREFACIO




Rabí Itzjak Luria, mejor conocido como el Arizal, nació en el año 5294 (1534) en Jerusalén, en la Tierra de Israel.

Fallece en el año 5332 (1572) en la ciudad de Tzefat a la temprana edad de treinta y ocho años, pasando a la historia como el más sobresaliente pensador y exponente de la cabalá, la doctrina místico-metafísica judía.


El nombre “cabalá” literalmente quiere decir “transmisión”, y alude al cuerpo de interpretaciones y enseñanzas místicas cuyo origen se remonta hasta la revelación de la Torá en el monte Sinaí.



En efecto, la revelación de la Torá a Moshé estaba compuesta de varios niveles de conocimiento, uno de los cuales era el esotérico o místico-metafísico.
Dicho conocimiento por lo general estaba reservado a los iniciados, a las personalidades más sobresalientes en sabiduría y nobleza de carácter de cada época en la historia del pueblo judío. 

Se transmitía de maestro a discípulo en una sucesión ininterrumpida que llegaba hasta el Sinaí. Mas no sólo abarcaba el aspecto oral de la enseñanza, sino que también se transmitía –aunque en menor grado debido a la profundidad y delicadeza de los temas– en forma escrita. 
El texto más sobresaliente es, por supuesto, el Zóhar (Libro del Esplendor), que es un monumental comentario cabalístico a la Torá tal como fue enseñado por Rabí Shimón bar Yojai, en la primera mitad del siglo segundo de la era común.


Desde la edición del Zóhar, principalmente a resultas de la destrucción del Santo Templo y la dispersión de los sabios judíos en el medio oriente y en Europa, el conocimiento cabalístico permaneció aun más esotérico. 

Finalmente, a raíz del descubrimiento de un manuscrito del Zóhar en la edad media en España, el interés de los Sabios por este género de conocimiento se hizo sentir a lo largo y ancho de las comunidades judías en el mundo.



Lamentablemente, sus secretos permanecían por lo general sellados, ya que la profundidad conceptual de los temas del Zóhar es sumamente alta. Y aunque hubo insignes cabalistas que estudiaron dicha obra y la expusieron, tales como Rabí Moshé Cordobero y otros, por lo general se considera que no fue sino hasta la aparición del Arizal que la extensión y profundidad del conocimiento cabalístico encontró su plena expresión.
Como lo señaló el rabino Aryeh Kaplan (en su libro Inner Space, pág. 6), “las enseñanzas del Arizal pueden ser denominadas la teoría atómica del Zóhar: [Con ellas] todo comienza a cobrar sentido”.


En nuestra época ha surgido un verdadero anhelo por conocer algo de la riqueza espiritual que la cabalá encierra, así como de las grandes personalidades que a ella se han dedicado a lo largo de la historia judía. 

Presentamos aquí la biografía del Arizal, tal como se conoce por diversos escritos de la época y posteriores, así como basada en los escritos de su más insigne discípulo, Rabí Jaim Vital. Esperamos con ello abrir las puertas al conocimiento de uno de los sabios más ilustres que han existido en el pueblo de Israel, que también es modelo perenne de refinamiento de carácter y de virtudes.
Gracias a ello, por lo menos una pequeña parte de su inmortal legado espiritual estará al alcance de nuestro mundo moderno.




Ariel Antebi
Editorial Jerusalem de México




NOTA ACLARATORIA: Debido a la variedad de nombres con los que se suele llamar a Rab Itzjak Luria Azkenazí (HaArí, HaArizal, Arizal, Arí Hakadosh y Rabenu HaArí), en esta edición se ha adoptado el criterio general de llamarlo simplemente “Arizal”, nombre compuesto del acrónimo Ari y las letras zl, abreviación de la frase “que su memoria sea para bendición”.


N. Tz. Safrai

                                  En recuerdo del Arizal


Extraído de El Arizal, vida y época de Rabí Itzjak Luria


En sus primeros años, cuando el Arizal vivía en Jerusalén, había conocido a grandes mekubalim (cabalistas) como Rab Klonimus Haberkstein. Pero Rab Itzjak estaba inmerso, sobre todo, en el estudio del niglé (la Torá revelada). Sin embargo, el propio Eliahu Hanabí había dicho a su padre que Rab Itzjak estaba destinado por la Providencia a estudiar la cabalá y a propagar en el mundo su luz escondida. Cuando llegó el momento apropiado, la Providencia puso los escritos cabalísticos directamente en manos del Arizal.


Era Shabat. Rab Itzjak, el joven sobrino de Rab Mordejai Francis, estaba sentado en su lugar habitual en la sinagoga. Su asiento no se encontraba en el muro oriental, el mizraj, entre las personas acaudaladas y prominentes, tal como hubiera correspondido a un erudito de su talla. Su asiento estaba en las últimas líneas de la parte occidental, donde se sentaba la gente corriente y los mendigos ambulantes. Había elegido rezar entre los que no tenían medios económicos para comprar un asiento mejor. Allí se sentía más a gusto, apartado de las miradas inquisitivas de los demás, y podía desahogar su corazón en paz y tranquilidad.


Aquel Shabat, fue un extranjero el que llegó y se sentó al lado del joven Arizal. Daba la impresión de venir de fuera, porque parecía confuso, como si el nusaj (el orden de las oraciones) local y las costumbres de la sinagoga le resultaran extraños.
Rab Itzjak se dio cuenta que el visitante estaba desconcentrado y trató de hacerlo sentir bien. Tomó el sidur del extranjero y empezó a hojearlo, pero se dio cuenta, asombrado, de que lo que tenía en las manos no era un sidur; ¡era un manuscrito antiguo!
Tomó uno de los sidurim de la sinagoga y enseñó al extranjero por dónde iba el jazán. Cuando terminaron las oraciones, le pidió al visitante que le prestara el libro que había llevado, porque quería estudiarlo. El extranjero accedió de buena gana.


El Arizal leyó cuidadosamente el libro y descubrió que contenía profundos secretos esotéricos que requerían un estudio mucho más profundo. Su dueño, pensó, debía ser un gran mekubal, conocedor de los secretos de la mística. Pero cuando trató de conversar con él, el extranjero bajó los ojos avergonzado y murmuró algunas palabras ininteligibles. Rab Itzjak no lo presionó y cambió de tema. "¿De dónde viene?", preguntó. "¿Cómo ha llegado este libro a sus manos?"


Pronto quedó claro que el visitante era un judío sencillo que no sabía Torá. Incluso admitió que no sabía leer hebreo. Sus padres habían sido criptojudíos en España y lo habían educado como cristiano, porque tenían mucho miedo a la temible Inquisición. Sólo cuando llegó a ser adulto se enteró de que era judío. Tras poner en pie un próspero negocio, había logrado irse de aquel país lleno de sangre y de terror, llevándose consigo una pequeña parte de su fortuna y unos pocos manuscritos que había encontrado entre las pertenencias de su familia.


Ahora había llegado a Egipto en viaje de negocios y quería acercarse más a sus correligionarios. Pero le daba mucha vergüenza admitir que no conocía las oraciones y las costumbres judías, y por eso llevaba siempre consigo esos manuscritos hebreos y hacía como que rezaba con ellos.
El Arizal escuchó asombrado la extraña historia y cuando el hombre terminó, le preguntó si estaría dispuesto a venderle el manuscrito. "Podría pedirme por él lo que quisiera", le dijo. El extranjero se echó a reír y le dijo: "¿Te burlas de mí, joven? Mírame: ¿doy la impresión de ser pobre? Soy un próspero hombre de negocios, gracias a Dios no necesito vender esos escritos".


Sin desanimarse, el Arizal insistió: "Por favor, usted no puedes leerlos y no le sirven para nada. Incluso aunque sean un recuerdo de familia y esté apegado sentimentalmente a ellos, estando en su poder no cumplen su función. Se han escrito para ser estudiados. Es lo que yo haría si fueran míos".
El Arizal insistió tanto que finalmente el extranjero cedió y dijo: "Si es así, le daré los escritos como regalo, porque veo cuánto los estima; pero con una condición: que trate de hacer que su suegro, Rab Mordejai Francis, el inspector de las aduanas, levante las tasas que se han impuesto a mis mercaderías".
Rab Itzjak estaba tan decidido a hacerse con aquellos escritos excepcionales que habló con su suegro. Para su satisfacción, Rab Mordejai Francis accedió y el Arizal pudo adquirir los manuscritos que tanto deseaba.3


El Arizal empezó a estudiar las obras en profundidad y las maravillas que aprendió de ellas lo cautivaron. Se dio cuenta de pronto que su alma estaba sedienta de ese tipo de conocimiento. Su alma encontró una satisfacción y una serenidad verdaderas en las enseñanzas que la cabalá le proporcionaba. Pero tenía miedo de no estar a la altura; de que quizás no supiera lo suficiente acerca de la Torá revelada. Su forma de vida y de actuar ¿eran lo suficientemente santas? Decidió plantear todas sus dudas al Radbaz y comunicarle esos pensamientos para ver si era apropiado para ese tipo de estudio.


El joven erudito esperó el momento adecuado para presentar la petición a su maestro. Y la oportunidad no tardó en llegar.
[..]


Refinando su carácter


Cuando el Arizal preguntó al Radbaz si era merecedor de emprender el estudio de la cabalá o no, éste le delineó los requisitos de perfeccionamiento de los rasgos de carácter (tikún hamidot), que se necesitan como preparación para embarcarse en ese tipo de estudio.
Rab Itzjak tomó con mucha seriedad las palabras de su maestro. Intensificó sus esfuerzos por dirigir y mejorar su carácter. Su anhelo era llegar a las cumbres de la santidad y la pureza necesarias para adquirir la capacidad espiritual que permite entender los secretos de la Torá. Rab Betzalel, su maestro y colega de estudio y de retiro, lo ayudó y lo animó mucho. El Arizal sentía que su comprensión y su percepción crecían día a día. Experimentaba un progreso constante; estaba alcanzando realmente su objetivo.


Por medio de la reclusión, el Arizal consiguió veintiún rasgos de carácter dignos de encomio. Según él mismo afirma: Aj (palabra formada por las letras hebreas alef-jaf que tienen el valor numérico de veintiuno), tob le Israel (Salmos 73:1), es decir, "Veintiuno es bueno para Israel" -se refiere a los veintiún aspectos que santifican a una persona". Entre ellos enumera: "Humildad y saber empequeñecerse ante Hashem; miedo del pecado, guardarse del orgullo, la cólera y la irritación con respecto a otros; cuidarse de los alimentos prohibidos y de lashón hará; evitar la mentira, la ligereza y el lenguaje insustancial..." Él fue el primero en adoptar todas las directrices que daba a los demás, predicando con el ejemplo.


Era especialmente cuidadoso en concentrarse en las palabras de las bendiciones que se hacen antes y después de comer; deseaba ser sincero al expresar su agradecimiento por la bondad que Hashem derrama sobre la humanidad. Decía regularmente el tikún jatzot; todos los días se levantaba a medianoche, se sentaba en el suelo y se lamentaba de la destrucción del Bet Hamikdash y del exilio de la Shejiná. Recomendaba purificarse periódicamente en la mikvé y trataba de ser uno de los diez primeros hombres en llegar a la sinagoga, para mostrar su amor por las mitzvot.


El Shulján Aruj HaArizal, que describe sus santas costumbres, relata también del profundo amor que sentía por cada mitzvá. Cuando tenía que comprar un lulav o un etrog, por ejemplo, nunca regateaba; siempre pagaba el precio que le pedían. En ocasiones incluso iba más lejos poniendo la bolsa donde llevaba el dinero sobre el mostrador y diciendo al vendedor que tomara lo que quisiera, ya que, cuando se trata de hacer una mitzvá, no hay que regatear.6


Su amor por las mitzvot se equiparaba a su amor por la Torá; ninguno de los dos conocía límites. Apreciaba la alegría de Hashem, su Torá y sus mandamientos, más que todos los tesoros del mundo. Una vez le confesó confidencialmente a un buen amigo que todo lo que había conseguido -tener las puertas de la sabiduría y el rúaj hakódesh a su alcance- era una recompensa por haber encontrado siempre más gusto en cumplir cada mitzvá que en ningún otro placer del mundo. Para él, eran más importantes que el oro y las joyas.7


El Arizal inspeccionó todos y cada uno de sus actos a lo largo de su existencia. Examinó cuidadosamente los rincones más recónditos del corazón para ver si, Hashem no quiera, había pasado por alto algún detalle referente al refinamiento del carácter o había ido hacia atrás en algo. Siempre rezaba a su Creador y le rogaba que lo ayudara a continuar subiendo a niveles aun más altos de purificación. Se dice que, cuando estaba a punto de morir, se le oyó murmurar: "Líbrame del orgullo".8


1Séder Hadorot Tanaim y Amoraim a Rashbí.
2Shem Haguedolim, maaréjet sefarim, Letra Zayin 8.
3Imré Tzadikim al final, y Dibré Yosef.
4Shem Haguedolim sobre el Arizal tal como lo cita Midrash Eliahu, pág. 12.
5Midrash Eliahu, de Rabí Eliahu ben Shelomó HaCohén.
6Taamé Haminhaguim, nota al pie de página 927.
7Reshit Jojmá, Shaar Haahabá 7:34; Jaredim (Jerusalén 5741), pág. 17.

                            Las predicciones que se cumplieron


Extraído de El Arizal, vida y época de Rabí Itzjak Luria


En la provincia de Calabria, al sur de Italia, vivían Rab Yosef Vital y su virtuosa esposa. Rab Yosef era conocido en toda la región por su piedad y por su grandeza, así como por su conocimiento de cabalá. Su verdadera fama estribaba, sin embargo, en su talento para el arte de escribir sifré Torá, tefilimot y mezuzot. La gente acudía de zonas lejanas para comprar las parshiot de los tefilimot que salían de sus manos expertas y llenas de temor, Rab Yosef Sambari escribe:


"Afortunado es el hombre que posee tefilín escritos por el rabino arriba mencionado, porque son un objeto de gran valor. Algunos se pueden encontrar aquí en Egipto; reciben el nombre de tefilín de Rab Calabri y se venden muy caros".


El hogar de Rab Yosef era un imán para los jajamim que pasaban por el lugar. Invitaba a todos a su casa que estaba llena de Torá y de irat shamáim. En 5301 (1541), uno de los grandes dirigentes de la generación, Rab Jaim Ashkenazí, fue su huésped y predijo que Rab Yosef se iría de Calabria, se instalaría en Tzefat y, dos años más tarde, sería padre de un hijo.


"Le pido que llame a su hijo Jaim, como yo. Este niño está destinado a ser muy grande en el futuro", profetizó. "Sobrepasará la grandeza de sus padres y será indiscutible dirigente de su generación".


Al oír las buenas noticias, Rab Yosef hizo el equipaje, salió de Calabria con su familia y radicó en Tzefat. Tal como Rab Jaim Ashkenazí había previsto, dos años más tarde, en 5303 (1543), nació su hijo Jaim.


El niño creció en Tzefat, que era una ciudad rica en gigantes de espíritu y sabiduría. Adquirió conocimientos sobre la Torá revelada de Rab Moshé Alshij. Aprendió ampliamente shas y poskim y se convirtió en un brillante talmid jajam.


Ya en su juventud era famoso. A los catorce años, los eruditos más importantes de Tzefat lo consideraban ya una "lumbrera". Se dice que en 5317 (1557), Rab Yosef Caro instó al Alshij a que hiciera los mayores esfuerzos por enseñar a Rab Jaim. Reveló que el ángel maguid le había dicho que Rab Jaim heredaría algún día la posición del propio Rab Moshé. Más aún, el mundo existía sólo gracias al mérito de dos tzadikim, Rab Yosef y su hijo Rab Jaim Vital.4


Rab Jaim recibió el título de rabino y de dayán de su maestro Rab Moshé Alshij, el 20 de Elul de 5350 (1590).
Rab Jaim y el Arizal se encontraron por primera vez en 5331 (1571). En el corto lapso de un año y diez meses, el primero logró adquirir los conocimientos de su maestro. Los jajamim de su época quedaron asombrados y lo consideraban un portento.5
La sed que tenía Rab Jaim de la sabiduría de su maestro, era insaciable. Cuando el Arizal terminaba de estudiar con él, Rab


Jaim le rogaba que continuara. Rab Jaim utilizaba al máximo los talentos que le había otorgado. Estaba bendecido con un alma sublime, adecuada por naturaleza para el estudio de la sabiduría oculta.


Pero había otro factor que lo ayudó a adquirir las enseñanzas del Arizal de forma extraordinaria en un período tan corto de tiempo. Rab Jaim mismo lo describe:
"Cuando fui con mi maestro para estudiar esta rama del conocimiento, me llevó al Kinéret en Tiberíades en una barca. Cuando estábamos frente a las ventanas de la sinagoga, me miró y dijo: "Ahora podrás absorber este conocimiento, porque has bebido del pozo de la profetisa Miriam". A partir de entonces pude adquirir este conocimiento". (El Midrash nos dice que el pozo de Miriam, que siguió a los judíos durante su deambular por el desierto, llegó hasta el lago de Tiberíades y se hundió en él. La tradición asegura que al que beba de sus aguas, se le recompensará con una capacidad para alcanzar logros sublimes).


En cierta ocasión, el Arizal reveló a Rab Jaim que fue por él que había llegado a Tzefat, a fin de enseñarle lo que sabía. Y, a pesar de la reticencia inicial del Arizal a ser conocido, fue Rab Jaim el que difundió su fama entre los sabios de Tzefat, a raíz de lo cual se juntó el grupo de diez discípulos a quienes el Arizal explicaba el Zóhar.


Rab Jaim se convirtió en sucesor del Arizal tal como éste había pedido. Llevó los asuntos de la yeshibá durante los cinco años que siguieron a la muerte del maestro, pero en 5338 (1578) se fue de Tzefat y se instaló en Jerusalén. Una vez allí, pronunciaba una homilía pública todos los días de Shabat. Se le contaba entre los rabinos más prominentes de Jerusalén, tal como podemos comprobar en la introducción de Rab Shelomó Adani a Meléjet Shelomó sobre la Mishná:


"Me trajeron a la ciudad santa de Jerusalén, que sea reconstruida con rapidez. Siempre me agazapé a los pies de los sabios, pilares de la diáspora y de Jerusalén, tales como el cabalista perfecto y divino Rab Jaim Vital y Morenu Rab Betzalel Ashkenazí". 

                                        Una Rama Vigorosa


Los Luria eran una familia singular, que produjo muchos personajes de gran categoría a través de generaciones.
El primero en adoptar el sobrenombre de Luria fue un tal Rab Shimshón, que fue médico del rey de Francia.


Para demostrar su agradecimiento a Rab Shimshón que le había curado la dolencia que le aquejaba, el rey le dio una casa a las orillas del Loira, un río que atraviesa la provincia de Orleans; el médico judío tomó el nombre del río como propio.


Su nieto, que también se llamó Rab Shimshón Luria, fue ab bet din de Erfurt, y dirigió la yeshibá de la ciudad, donde estudiaban importantes eruditos.
Cuando Rab Shimshón murió, decidieron no diseminarse y continuar la yeshibá bajo la dirección de su viuda.
La rabanit Miriam era una de las mujeres más cultas e inteligentes que se han dado en los anales de la historia del pueblo judío.
Se dice que sabía tanta Torá y Talmud como cualquier gran rabino.
Los estudiantes colgaban una cortina a lo largo del bet midrash y la recatada rabanit se sentaba tras ella y, sin que nadie la viera, les daba profundas conferencias sobre Talmud y halajá.


La rabanit Miriam era también miembro de una familia ilustre. Su padre era Rab Shelomó Shapira, el ab bet din de Heilbrun. Rab Shelomó, a su vez, era nieto de Rab Matitiahu Trives, que fue ab bet din de París y rabino principal de los judíos franceses. El linaje de Rab Matitiahu se remontaba a Rabenu Yehudá bar Natán, el Ribán, yerno de Rashí.


También las generaciones posteriores aportaron grandes honores al apellido Luria.
Rab Yejiel Luria fue ab bet din de Brisk; su bisnieto fue el conocido Maharshal, Rab Shelomó Luria (que no hay que confundir con el padre del Arizal, llamado también Rab Shelomó Luria), que se hizo famoso por sus importantes tratados Jojmat Shelomó y Yam Shel Shelomó sobre el Talmud.
Otro descendiente distinguido de Rab Yejiel Luria fue Rab Yosef, mejor conocido como Rab Yoselman de Rosheim, el famoso shtadlán (mediador) que intervino ante los oficiales del gobierno a favor del judaísmo alemán. Rab Yoselman defendió a sus correligionarios y logró evitarles muchos decretos hostiles, así como mucho sufrimiento.


El padre del Arizal, Rab Shelomó, descendía también, muy probablemente, de Rab Yejiel Luria de Brisk (Lituania), porque ésa es la ciudad donde se crió.
Pero no se sabe exactamente cuál era su linaje.


Ashkenazí.




Cuando Solimán el Magnífico conquistó Jerusalén en 5277 (1517), la comunidad judía de la ciudad comprendía unos seiscientos miembros.
Muy pocos de ellos podían vanagloriarse de que sus familias llevaran varias generaciones residiendo en ella. La mayoría eran recién llegados de España y de Italia; unos pocos habían llegado de Alemania.
Toda la comunidad vivía de la caridad. El generoso filántropo Rab Itzjak Sholal se preocupaba de ella, enviando dinero desde Egipto. También llegaban fondos de las comunidades judías de Turquía.


Ese era el yishub que Rab Klonimus y sus discípulos encontraron al llegar a la Ciudad Santa.
Los residentes de Alemania se alegraron enormemente de su llegada e inmediatamente lo nombraron su rabino.


¿Qué llevó a Rab Klonimus de Brisk, en Lituania, a Jerusalén? En todo el país era famoso por su conocimiento de Torá revelada y oculta, y había sido ab bet din de Brisk.
Antes de eso, había ocupado el mismo cargo en la distinguida comunidad de Ostrow y había tenido muchos alumnos que acudían a él desde todos los puntos del país.
Pero cuando su hija contrajo matrimonio con el Maharshal, abandonó el puesto a favor de su yerno y se trasladó a Brisk.
También en esa ciudad se hizo de muchos alumnos, entre otros Rab Shelomó Luria, el padre del Arizal.


En el año 5289 (1529) soplaron malos vientos para los judíos de Lituania. Se pusieron en vigor impuestos nuevos y, aunque los judíos eran una pequeña minoría en el país, su contribución al fisco suponía la cuarta parte de los ingresos fiscales del gobierno.


Todavía estaban luchando y suspirando bajo el peso de los impuestos, cuando cayó sobre ellos un nuevo infortunio.
En esa época, las autoridades prohibían estrictamente a los gentiles convertirse al judaísmo. A pesar de eso, algunos veían la luz y la verdad de la Torá convirtiéndose al judaísmo en secreto y yéndose del país.


Las autoridades sospechaban que los judíos de Lituania proporcionaban refugio y ayuda a esos conversos.
Sigmund, duque de Lituania, no podía tolerar que algo así sucediera en sus tierras y dio orden a los miembros de la aristocracia de que investigaran el asunto.


Aquellos individuos corruptos no necesitaron más. Empezaron a perseguir a los judíos y a atormentarlos. Muchos judíos se ganaban la vida como vendedores ambulantes.
Los señores locales los detenían muy a menudo cuando iban en el camino y los acusaban de ocultar y ayudar a los cristianos convertidos al judaísmo. Los vendedores proclamaban su inocencia, pero todo era en vano y tenían que comprar su libertad pagando cuantiosos sobornos. La nobleza enviaba a sus servidores a allanar las casas de los judíos para buscar en ellas a conversos ocultos.
Incluso cuando no encontraban a nadie, aprovechaban para sacar dinero a los judíos con amenazas.


A los judíos les daba miedo ir por las carreteras. Se encerraron en sus casas y descuidaron sus negocios, empobreciéndose cada día más. Pero incluso en sus hogares tenían que sufrir amenazas y extorsiones.
La vida se había vuelto insufrible y muchos judíos querían irse del país.


De Tierra Santa, por otra parte, venían buenas noticias.
Jerusalén estaba ahora en manos del benévolo gobernante del Imperio Otomano, que permitía a la comunidad judía desarrollarse y florecer.


Fue en esos días turbulentos cuando el anciano Rab Klonimus decidió dejar Lituania.
A pesar de su avanzada edad, prefirió abandonar la honrosa posición que gozaba y viajar a Jerusalén.
“Nada estimula la mente como el aire de Eretz Israel”, pensó.
“No hay estudio de Torá que pueda compararse con el estudio de la Torá en Eretz Israel; no hay santidad comparable a la santidad de Jerusalén.
Quiero vivir allí, cerca del Muro Occidental, la reliquia de nuestro Mikdash.
En el lugar donde se ha quedado la Shejiná podré rezar ante mi Creador con todo mi corazón, con fervor y devoción”.


Cuando sus talmidim, que lo apreciaban intensamente, se enteraron del plan, decidieron unirse a él.
Rab Shelomó Luria fue uno de ellos.
Se despidió de su familia con lágrimas en los ojos, sabiendo que era la última vez que la veía.
Aunque el viaje a Eretz Israel era largo, azaroso y lleno de peligros, no se desanimó. Estaba decidido a seguir a su maestro donde fuera, sobre todo a la amada tierra de los patriarcas.


Cuando llegaron, encontraron una comunidad pequeña y pobre. Pero cada uno de sus miembros era un sabio devoto y piadoso.
A pesar de su gran pobreza, parecían contentos y felices con su suerte.


En aquella época había tan pocos ashkenazíes en Jerusalén, que a cada nuevo inmigrante que llegaba se le añadía a su nombre la palabra ashkenazí.
Rab Shelomó Luria se convirtió así en Rab Shelomó Luria Ashkenazí.


N. Tz. Safrai
FUENTE: www.tora.org.ar

Las luchas espirituales de Rabi Najman de Breslov




Extraido del libro Tzadik

Sus Luchas Espirituales
[1]: 230.

Relató el Rabí Naftalí: El Rebe dijo que es bueno para alguien que quiere servir a Dios tener caballos [2]. Pues entonces siempre puede ir a los bosques con algunos amigos y hablar sobre el servicio a Dios, meditar y demás. 

Los prados y los bosques son lugares muy buenos para la meditación.

Cuando el Rebe habló con el Rabí Naftalí sobre esto, mencionó que cuando era joven solía tomar prestado alguno de los caballos de su suegro y cabalgar hacia los bosques. Allí desmontaba y ataba el caballo a un árbol. 

Entonces se adentraba en el bosque para practicar sus devociones y meditar[3]. A veces el caballo se soltaba y escapaba volviendo a la casa de su suegro[4]. Cuando el caballo retornaba solo se preocupaban pensando que el joven Rabí Najmán se había caído, Dios no lo permita. 

También a veces la lluvia lo empapaba mientras estaba en el bosque. Entonces solía retornar a la casa bien entrada la noche.
Yo mismo le escuché decir al Rebe muchas veces que lo más importante es el trabajo y el esfuerzo de la persona, nada más. Todo depende del esfuerzo. Mediante el trabajo y el esfuerzo todos pueden alcanzar grandes niveles. Dijo el Rebe: "Yo puedo hacer que una persona se vuelva un judío digno, lo que llaman a guter id, ¡y hacerla igual que yo! ¡Literalmente!". 

231. Alguien me relató cierta vez algunas cosas que le escuchó decir al Rebe sobre su gran santidad cuando era niño[5].

Cuando era sólo un pequeño niño quería ser realmente temeroso de Dios. Anhelaba recibir el Shabat de la manera apropiada, con gran santidad. Un viernes, inmediatamente después del mediodía, fue a la casa de baños y rápidamente se sumergió en la mikve. Retornó a su hogar y se puso las ropas del Shabat. Entonces fue a la casa de estudios y comenzó a caminar de un lado a otro. Quería llenarse de la santidad del Shabat y de la neshamá ieterá, el alma adicional que trae el Shabat. Quería percibir algo, pero no veía nada. Aun así, anhelaba ver algo.

Mientras tanto, comenzó a llegar la gente. Entró alguien importante y parándose en el pupitre de lectura comenzó a recitar el Cantar de los Cantares.[6] El Rebe Najmán se adelantó e introdujo la cabeza debajo del pupitre de esa persona. 
Dado que era un pequeño niño nadie le prestó atención. Allí se quedó y se puso a llorar. Lloró y lloró durante varias horas hasta entrada la noche. Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar. Finalmente, abrió los ojos y creyó que podía ver alguna clase de luz, pues habían encendido las velas y todo aparecía muy brillante luego de haber tenido los ojos cerrados durante el tiempo que estuvo llorando. Eso le dio algo de consuelo. Todo esto tuvo lugar cuando era literalmente un niño; parece que dijo que en ese momento tenía seis años.
232. Dijo el Rebe: "De hecho Le rogué y Le pedí a Dios que me enviase tentaciones. Yo estaba absolutamente seguro de que mientras no perdiera la cabeza no me rebelaría en contra de Dios, pues ¿cómo es posible que una persona peque y desobedezca a Dios a no ser que esté literalmente insana? Con sólo un poco de sentido común, todas las tentaciones pueden ser superadas". [7]
233. Dijo el Rebe: "Si los sabios no hubieran dicho explícitamente que está prohibido decir ´Una flecha en el ojo de Satán´ (Kidushin 30a), yo lo habría dicho. 

Simplemente no puedo comprender las historias que se cuentan sobre los sabios del Talmud a los que el deseo sexual les resulta algo muy duro y difícil de sobrellevar.[8] Para mí, no es nada. Nada en absoluto. No me parece que sea una tentación en absoluto. Debe existir ciertamente algún tipo de secreto detrás de lo que encontramos en la Torá sobre el concepto de que este deseo es una prueba. Pues la verdad es que no es una prueba en absoluto.
Si la persona conoce algo de la grandeza del Creador, tal como encontramos en los Salmos, ´Pues yo sé que Dios es grande´ (Salmos 135:5), Yo sé, específicamente[9], esto no puede ser considerado en absoluto una prueba. Para mí, no hay diferencia entre un hombre y una mujer[10]. Yo miro a este deseo tal como te estoy mirando a ti. He tenido innumerables oportunidades, pero no es para nada una prueba". Pero en la época en que sí fue una prueba para él, también tuvo muchas tentaciones. [11]
234. El Rebe se vanagloriaba de haber logrado eliminar absolutamente todos sus deseos físicos y sus rasgos de carácter negativos. Él decía que hay Tzadikim que han quebrado sus deseos pero que aún les queda un pequeño residuo de ellos. Es lo mismo que cuando se curte el cuero. Éste puede haber sido trabajado y sobado, pero aun así le queda un residuo de olor desagradable. 

Aunque éstos Tzadikim han quebrado sus deseos, los deseos aún se aferran a ellos, aunque sutilmente.

El cuero debe ser trabajado tan profundamente como para llegar a quedar completamente diferente y transformado de su estado original. Lo mismo sucede con el cuerpo. Debemos limpiar el cuerpo de sus deseos, completamente. Debe ser tan puro como para que podamos literalmente darlo vuelta de este lado y del otro y ver que no ha quedado la mínima traza de deseo físico o de rasgos negativos. Debe haber desaparecido completamente todo resto de mal olor. [12]

El Rebe mismo se había separado completamente de los deseos físicos y de las malas características. No le había quedado ni la mínima traza de ellos. Esto lo había logrado en su juventud[13] antes de alcanzar las tremendas alturas de percepción a las cuales se elevaría más tarde, y mucho antes de su visita a la Tierra Santa. Más tarde pasó de nivel en nivel, de una cumbre a la otra, hasta que alcanzó una elevación tan exaltada que es imposible de describir.
235. El Rebe dijo: "Ustedes no necesitan aprender de los aspectos revelados que ven en mí. A partir de lo que ustedes ven de mí en la superficie pueden llevarse la impresión de que en general estoy deprimido. Ustedes no tienen que imitar esto. Sólo estén alegres todo el tiempo. ¿Acaso ustedes hacen todo lo que yo hago? Además, la verdad es que yo sí estoy contento. Si no parezco estarlo, es porque constantemente trabajo para abrir un sendero en lugares que eran previamente desiertos y desolados. Debo cortar todos los obstáculos que impiden el paso. Hay árboles gigantescos que han estado creciendo allí durante miles de años, y que deben ser talados.
Yo debo ir hacia adelante y hacia atrás, una y otra vez, cortando y cortando, para preparar un camino público por el que todos puedan andar".  

Era debido a todo este trabajo que el Rebe parecía en general estar afligido. En esa misma ocasión el Rebe dijo que el R. Shimón[14] también había estado dedicado a la tarea de limpiar un sendero.
236. Del mismo modo escuchamos que debido al conocido hecho de que la familia del Rebe era descendiente de la casa del rey David[15], solían vivir con el corazón quebrantado y no era común en ellos andar con rostro sonriente. 

El rey David compuso el Libro de los Salmos, muchos de los cuales contienen las apasionadas expresiones de un corazón quebrantado, clamores, súplicas y pedidos. Es por esto que sus descendientes andan generalmente con el corazón quebrantado. El tío del Rebe, el Rabí Baruj, también sonreía raramente y no solía vérselo en un estado de ánimo alegre. La mayor parte del tiempo también él andaba con el corazón quebrantado. Sin embargo, en cuanto a nosotros, las instrucciones del Rebe eran que siempre debíamos estar alegres. [16]
237. El Rebe contó que cuando era joven, al terminar de comer, no se contentaba con la Bendición Después de las Comidas regular. También agradecía a Dios en idish por todo lo que había comido. Improvisaba y hacía mención ordenada de todas las cosas que le habían dado de comer ese día. Por ejemplo, podía haber comenzado con un sorbo de licor y un pedazo de torta. Luego, antes de la comida, podían haber servido rábano como entrada, seguido por la comida misma. El Rebe Najmán ofrecía entonces las gracias por cada cosa individual, una por una.

238. Nota del Editor: Escuché que cierta vez la santa madre del Rebe lo instó a que le diera alguna idea del nivel de devoción que había alcanzado. Después de todo, la gente estaba hablando en términos muy elogiosos sobre él. "¿Qué puedo decirte?", le dijo, "Yo soy un genuino caso de ´lejos del mal´ (Proverbios 14:16; Job 1:8; 2:3)".
También escuché del Rabí Naftalí que la madre del Rebe le preguntó cierta vez por qué no se esforzaba en comer un poco, pues de otra manera ¿cómo podía mantenerse? El Rebe le respondió: " ´La sabiduría le da vida a quien la posee´ (Eclesiastés 7:12). Ésta es la única manera en que me sustento ahora". Continuó: "Hay gente que tiene una sabiduría que puede sustentarla sin comer ni beber". (Quería decir que sólo necesitan comer un mínimo porque para ellos la fuente principal de vida es el sustento espiritual). [17]
239. Nota del Editor: Escuché del Rabí Natán que luego de que el Rebe había dado su lección del Likutey Moharán I, 206, "Me he extraviado como una oveja perdida" (Salmos 119:176), él le dijo que éste había sido el tema de sus últimas meditaciones. Esto puede darte alguna idea de la tremenda humildad, simpleza y sinceridad que tuvo el Rebe a lo largo de toda su vida. 

No importa cuán grande hubiera sido su logro, sus plegarias y meditaciones siempre eran humildes y para nada pretenciosas: cuando estaba delante de su Hacedor se sentía con el corazón quebrantado.

También escuché que cierta vez un joven le preguntó al Rebe cómo debía meditar. El Rebe le contestó que Le dijera a Dios: "Señor del Mundo, ten piedad de mí... ¿Es correcto que mi tiempo pase en tal nimiedad? ¿Acaso para esto fui creado?...".
Un tiempo después la misma persona estaba de pie detrás de la puerta del Rebe y lo escuchó derramar su corazón delante de Dios con estas mismas palabras.
240. Cierta vez, uno de los seguidores del Rebe se estaba quejando de no tener lo suficiente para vivir. El Rebe le dijo: "No comprendo cómo es que tienes el coraje de molestarme con las vanidades de este mundo. Yo soy como alguien que atraviesa el desierto día y noche, cavando y cavando, sólo para hacerlo habitable. Cada uno de ustedes tiene un corazón como un desierto desolado carente de habitantes, y sin lugar para la Shejiná, la Presencia Divina. Todo el tiempo cavo y cavo, tratando de cambiarlos y hacer un lugar en sus corazones donde pueda habitar la Shejiná. ¿Acaso sabes cuánto trabajo y esfuerzo se necesitan para tomar un roble y transformarlo en un hermoso objeto apto para el uso humano? Debes aserrarlo, tallarlo, pulirlo y arreglarlo... Este es exactamente el tipo de trabajo duro que debo hacer para alcanzar algo con cualquiera de ustedes. Y tú vienes a molestarme con esta clase de tontera".
En la noche del Shabat la intensidad de las devociones del Rebe era algo indescriptible. Su santidad y la expresión de temor en su rostro simplemente no pueden ser imaginadas. He escuchado que esto era especialmente así en su juventud. Una noche de Shabat se había lavado las manos y recitado la bendición sobre el pan. Las otras personas sentadas a la mesa también hicieron la bendición sobre el pan y comieron su porción. Inmediatamente después de que el Rebe comiera su trozo de pan, sus pensamientos ascendieron a alturas exaltadas y se unió a Dios con una sublime reverencia. Se quedó sentado en silencio, con los ojos muy abiertos, absorto en sus pensamientos. El Rebe permaneció así durante toda la noche. Ninguno se atrevía a servir la comida, tan temerosos estaban de molestarlo. Finalmente comenzó a aclarar el día y salió el sol. Todos dijeron la Bendición Después de las Comidas y se levantaron de la mesa.
En otra ocasión el Rabí Ijiel, el hermano del Rebe, vino a pasar el Shabat con él. Vio la manera en que el Rebe se conducía en la noche del Shabat y quedó favorablemente impresionado. Sin embargo, en la comida del mediodía la gente sentada a la mesa habló con el Rebe sobre una cantidad de temas mundanos no conectados con la Torá. Esto desagradó al Rabí Ijiel. Al término del Shabat, fue a la habitación del Rebe y le presentó este tema. El Rebe le dijo: "¿Recuerdas acaso todas las cosas de las que hablaron durante la comida del mediodía?". El Rabí Ijiel no recordaba todo. El Rebe le dijo: "Yo recuerdo todo". Fue y cerró la puerta de la habitación y comenzó a describir todos los temas uno por uno, explicando un poco de sus connotaciones profundas. Estuvo hablando con su hermano durante toda la noche hasta las horas de la mañana. Las ventanas estaban cerradas, de modo que sólo cuando miraron el reloj vieron que ya era el momento de recitar el Shemá de la mañana, terminando la conversación. [18]

El Rabí Ijiel salió llorando. Estaba tan profundamente conmovido e inspirado que pasaron varios días sin que pudiese comer ni dormir. Simplemente se sentaba, lloraba y lloraba con anhelo e inspiración; tan motivado había quedado por las palabras del Rebe. Desde ese momento, se unió al Rebe con la más grande intensidad.

1-Alabanza del Tzadik (Primera Parte) contiene abundante material sobre este tema. La siguiente información adicional no ha sido publicada previamente. Material adicional sobre las luchas espirituales del Rabí Najmán puede encontrarse en Until The Mashiach pp.1-13.
2-Adelante: 384.
3-Ver arriba: 198; Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov, 98; Likutey Moharán II, 11.
4-Esto era en Ossatin. Ver arriba: 2; Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov, 117. Ver Until The Mashiach pp.8-13.
5-Cuando estaba en Medzeboz. Ver arriba: 1; Until The Mashiach p.1-7.
6-Es costumbre recitar el Cantar de los Cantares en la tarde del viernes, antes de la llegada del Shabat, ver Taamei HaMinaguim #256. Explica el Rabí Natán que el Cantar de los Cantares está lleno de anhelo y deseo, que es lo que el judío debe sentir al esperar el Shabat (Cf. Likutey Halajot, Hiljot Dam 1:7).
7-Alabanza del Tzadik, p. 16; Cf. Sanedrín 107a, donde el rey David Le pide a Dios que lo pruebe. Ver también Kojavey Or, Emet VeEmuná p. 94 #13.
8-Kidushin, 81a,b.
9-Ver Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov, 1, 3.
10-Adelante: 604; Alabanza del Tzadik, 18.
11-Arriba: 42; Alabanza del Tzadik, 16.
12-Ver Likutey Moharán I, 22:5.
13-A la edad de veinte años el Rabí Najmán ya había logrado todo esto, ver Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov, 171.
14-En el texto original del Shivjei Moharán dice "Rabí Shimón". De acuerdo con algunas fuentes (Rabí Levi Itzjak Bender) esto se refiere al Rabí Shimón bar Iojai. Existe una referencia en el Zohar (III, 127b) al respecto. Sin embargo, de acuerdo con otros (Rabí Shmuel Shapiro), esto hace referencia al Rabí Shimón, el discípulo del Rebe. Ver Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov, 173-174, donde el Rabí Shimón fue enviado a lugares donde no había judíos, dándole pie a este punto de vista.
15-Puede hallarse un árbol genealógico detallado de los ancestros y descendientes del Rabí Najmán en Until The Mashiach.
16-Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov, 41.
17-Ver Zohar III, 301b; Likutey Moharán I, 19:8; Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov, 181.
18-Adelante: 337.

 Fuente: www.tora.org.ar

"Hitbodedut" – Aislamiento para rezar y hablar con Di-s.




"…¡Adon del Universo! Mi anhelo es poder llamarte con todo mi corazón y toda mi alma. Deseo compartir contigo, abierta y honestamente, todo lo que estoy sintiendo. Ayúdame a romper todas las barreras que me apartan de Ti, escucha mis plegarias…".

Rabi Najman enseña (Likutey Moharán II, 25):

"La Hitbodedut está en el nivel más elevado de todo. Por lo tanto, debe el hombre fijar una hora ó más al día para aislarse en alguna habitación o en el campo, y hablar con Di-s Todopoderoso.

Durante estos momentos, debe transmitir todo lo que está en su corazón, con palabras de gracia y súplica. 

Esto lo debe hacer en su propio idioma, de manera que pueda expresarse lo más claramente posible. 

Porque cuando el se dirige a Di-s en su propio idioma, las palabras están mas cercanas a su corazón y fluyen más fácilmente."
Al encontrarnos solos únicamente con Di-s, expresando nuestro anhelo por El, desarrollamos una relación especial con el Todopoderoso y fortalecemos nuestra admiración, gozo y amor hacia El.

Antes de empezar la Hitbodedut, se recomienda decir el siguiente rezo formal:

"Heme aquí, me conecto en esta Hitbodedut y confesión de mis pecados a todos los Verdaderos Tzadikim de nuestra generación y a todos los Verdaderos Tzadikim "los santos que yacen en la tierra", y en especial con nuestro santo Rabi, el Tzadik que es el fundamento del mundo, "torrente que fluye, fuente de sabiduría", Rabi Najman, hijo de Feigue, que su mérito nos proteja y a todo el pueblo de Israel, Amén".


El tiempo que se le dedique a la Hitbodedut debe ser dividido en tres partes:


1) Unos minutos de alabanza a Di-s por todo lo que hace por nosotros.


2) Confesión de nuestras transgresiones, arrepentimiento por el pasado, y compromiso que de ahora en adelante no repetiremos estas transgresiones y suplicándole a Di-s ayuda en el cumplimiento de nuestros compromisos.


3) Pidiéndole a Di-s Su salvación, guía, y asistencia de cualquier modo, forma y manera, tanto física como espiritualmente.





Pirkei Avot 1:2



Shimón El Justo


Shimón el justo fue uno de los últimos de los hombres de la magna asamblea. El solía decir: "el mundo se alza sobre tres cualidades: sobre [el estudio de] la Torá, el servicio divino [—la plegaria a Di-s] y los actos de bondad".

Aclaracion:
(El Audio que se presenta en esta seccion ,es la segunda parte del anterior que abarca desde el Capitulo 5 en adelante que fué compartido en Radio YHWH por Paltalk, en alguna oportunidad.-)


Pirkei Avot (Parte 2) by Gimenez Gaston on Grooveshark





Shimón El Justo fue uno de los Últimos Hombres de La Magna Asamblea


Los Hombres de la Magna Asamblea eran un conjunto de 120 grandes Sabios, poseyendo cada uno tendencias diferentes, La influencia de cada Sabio equilibraba y moderaba el aporte de los demás. Con el énfasis puesto en la armonía, este calificado cuerpo marcó el curso de la observancia ludía.


Mientras este cuerpo funcionó, fue capaz de equilibrar los diferentes rasgos de carácter que tenía la gente en general. Sin embargo, cuando esta asamblea dejó de existir, hubo necesidad de realzar la importancia del equilibrio. Shimón el Justo, uno de los últimos participantes en este cuerpo, enseñó que las tres mencionadas conductas de servicio Divino permiten, tanto al individuo como al mundo en general, erguirse con fortaleza y estabilidad, manteniendo el equilibrio.


(Sijot Shabat Parshat Sheminí, 5741)


El Mundo se Alza sobre Tres Cualidades


Esta frase parecería insinuar que el mundo está por encima de la Torá, el servicio Divino y los actos de bondad, pues todo apoyo es siempre inferior a la cantidad que está sosteniendo. Pero resulta problemático interpretarla así, ya que la Torá "precedió al mundo"', y se ubica en un plano superior al de la existencia material.


Como respuesta, se puede explicar que esta mishná no habla del mundo simplemente como tal, sino del mundo en camino del logro de su máximo propósito que se convierta en un lugar de morada para Di-s'. Por eso centra la mira en la Torá, el servicio Divino y los actos de bondad como los medios que le permitirán lograr este objetivo. En este contexto, la Torá, la plegaria y los actos de bondad no son vistos como metas en mérito propio sino como el medio que lleva al mundo a la plenitud que Di-s quiso de él.


(Sijot Shabat Parshat Jukat, 5744)


[El Estudio de] la Torá, el Servicio [a Di-s], y los Actos de Bondad


La Torá muestra a la persona cómo conducir su vida. El servicio (la plegaria) permite a la persona convertir las enseñanzas de la Torá en parte de su propia personalidad. Y los actos de bondad son la expresión concreta de estas enseñanzas en el mundo en derredor.


(Sijot Shabat Parshat Sheminí, 5741)


Fuente: Chabad.org







¿Que es Jasidut?



Generalmente se le suele definir de un modo muy escueto como el movimiento fundado por Rabi Israel Baal Shem Tov (1698-1760) destinado a revitalizar la vivencia espiritual religiosa del judaísmo, lo que además produce la sensación de que es un movimiento que pertenece al pasado.


Sin embargo subsiste hasta el presente y tiene gran relevancia como un sistema de filosofía religiosa, una aproximación integral a la totalidad que es el hombre y su conexión con el cosmos.

Actualmente existen ramas florecientes entre las cuales se destaca Jabad Lubavitch fundado por el Rabino Shneur Zalman, autor del Tania que va a dar una nueva luz al judaísmo, al revelar la parte interna, oculta de la Torá, para hacerla accesible a la inteligencia humana de las mayorías. 

El método de estudio se conoce con el nombre de JaBaD, (acróstico de las tres facultades intelectuales de la persona jojmá -Sabiduría; Bina -Entendimiento y Daat- Conocimiento) ; que son el punto de partida del nacimiento de las emociones que constituyen el centro del principio de la de que la mente debe dominar al corazón, en una relación simbiótica en la cual la mente engendra la emoción ,y esta valida la mente.

La contribución de jabad está en la consideración de que mente y corazón están integrados, no existen compartimientos -solo hay un persona y sus diferentes aspectos -cuerpo y alma-, mente y corazón, acciones, vida privada y pública, realización de mitzvot o preceptos y actividades ordinarias – todos forman parte del individuo, fortificándose uno al otro y sirviendo de base a la totalidad que es la persona.


En la actualidad se escriben cientos de libros y panfletos de auto – ayuda, pero generalmente estos son superficiales y usan los mismos clichés. Los cambios en la vida de las personas – los profundos y duraderos-solo pueden provenir de un estudio más profundo de la personalidad, conjuntamente con una guía práctica que permita traducir el conocimiento en acción. Las enseñanzas de jasidut, las de misticismo judío, ofrecen una aproximación única en la esfera del mejoramiento personal pues combinan el estudio y el ejemplo personal de los grandes Maestros Jasidicos, con pasos prácticos que toda persona puede aplicar y que es efectivo no solo para aquellos que pertenecen al movimiento jasidico, y no solo para los judíos sino para toda la humanidad.
En resumen se puede decir que jasidut Jabad, es el estudio de la dimensión esotérica y espiritual de la Torá, que cuando se acompaña con la ley y la tradición judía, crea una sinergia de cuerpo y alma, que ayuda a hacer de Di-os un ser tan real y relevante para nosotros como el aire que se respira y la comida que se ingiere.


La dimensión interior siempre fue parte de la tradición, pero en generaciones anteriores solo era estudiada por pequeños grupos de Sabios. Jasidut dio entrada a una nueva era, en la cual ese misticismo se hizo accesible a aquellos que lo querían estudiar y ser inspirados por él, con la intención de que la difusion de esas enseñazas hiciera a Di-os una realidad en la vida de las personas y trajera la redención al mundo entero.


Que es el Tania?

Es la obra maestra de Rabi Shneur Zalman de Liadi
Es un trabajo nacido de las situaciones de la vida real y es allí donde reside su descomunal y eterno poder. Aunque las ideas son expresadas bajo el formato de un análisis erudito, presentando un sistema metafísico y místico, el Tania es el registro de 20 años de experiencia personal en el asesoramiento y consejos brindados por el autor. La obra fue escrita para aquellos cuyas creencias no han sido perturbadas por la duda, pero que buscan la senda correcta hacia Di-os.

El autor llamó a su obra con tres nombres diferentes:
Likutei Amarim“Colección de Discursos”, titulo bajo el cual fue publicada por primera vez en Slavita en 1796.

Tania, en virtud de la palabra inicial del libro, citando una fuente del Talmud, que le sirve de punto de partida para desarrollar todo su sistema.

Sefer shel Beinonim“Libro de los intermedios”, llamado asi en virtud del tipo de personalidad sobre el cual el libro centra su atención; “el intermedio” cuyo rango está al alcance de toda persona que se encuentra entre el tzadik (hombre justo y piadoso) y el rashá (hombre malvado).

Hasta el presente han aparecido más de 3000 ediciones en todo el mundo de esta obra que es considerada como la «Torá Escrita» de Jabad, en la que cada palabra y cada letra tienen pleno significado. De hecho el autor la dividió en 53 capítulos para corresponderse con el número de sidrot o parashot (secciones semanales) del Pentateuco. Ha sido traducida a innumerables idiomas entre los cuales se encuentra el español.

El Rebe Yosef Yitzjak Schneerson instituyó la costumbre de que cada día fuera estudiada una parte del Tanya, asi como del Jumash -con el comentario de Rashi y de Tehilim, Salmos. Estos estudios diarios son los conocidos bajo el nombre genérico de Jitat; siglas de las palabras Jumash, Tania y Tehilim.

Fuente: Jabad.org.ar

Ver lo bueno



Cuentan acerca de un famoso rabino que visitó la tumba de gran Justo Rabi Shimón Bar Yojai. En ese momento estaba allí alguien que lo reconoció y le pidió una bendición, ya que cargaba con una amarga vida. El rabino lo bendijo: "Que tengas fe que todo es para el bien, y puedas ir agradeciendo y alabando al Todopoderoso". "¿Creer que todo es para bien?", dijo esa persona, "¿con una vida tan sufrida y amargada como la mía?". Le respondió el rabino: "¡Claro que sí! ¿Cuándo quieres creer que todo es para el bien? ¿Cuándo es visible y bien entendido? ¡Justamente cuando las cosas no van como tú quieres y no está entendido que es para bien, ahí mismo empieza la fe que todo es para el bien!".
Continuó el rabino animándolo y explicándole sobre la fe: "Tienes que saber que vinimos por un encargo a este mundo y para llegar a la corrección absoluta de nuestras almas. Por esto, todo lo que nos pasa durante nuestra vida, está todo encaminado desde el Cielo para nuestro bienestar. Y no debes culpar a nadie ni siquiera a ti mismo, de lo que pasa. Sólo ten fe que todo es para el bien." El rabino continuó con sus palabras sinceras y llenas de fe, hasta que el hombre sonrió y sintió cómo la amargura se desasía y comenzó a contarle al rabino que sus hijos son buenos gracias a Di-s, y que heredó una casa en la ciudad de Safed y que tiene otra casa en la ciudad de Jerusalén, y que gracias a Di-s no le falta sustento, y también goza de buena salud…


Le preguntó el rabino: "si así es, ¿cuál es la amargura que tanto dices, que te cuesta creer que todo es para el bien?". Le respondió el hombre que se había divorciado y desde entonces estaba amargado y enojado con su vida.


Le dijo el rabino: “Fíjate que rico eres, tienes buenos hijos, propiedades en Safed y Jerusalén, buen sustento y buena salud y eres un hombre agradable. Es cierto que divorciarse no es algo fácil, pero ¡fíjate cuántas cosas buenas tienes!".


Le dijo el hombre: "Es cierto, ahora que has reforzado mi fe así lo veo, pero antes estaba enfrascado en la amargura del divorcio y no veía las cosas buenas de mi vida".


El hombre se marchó agradecido y feliz, lleno de deseos de alabar y agradecer al Todopoderoso por todas las cosas buenas que le había dado.


Les comentó el Rabino a sus alumnos a su vuelta: "Ahora entendemos lo que está escrito en la Torá: "Pero no escucharon a Moisés por la agitación y el duro trabajo". ¿Qué trabajo forzado hacía el pueblo de Israel que tanto les amargaba la vida? ¡Construcción! ¿Qué hay con eso? ¡Mucha gente en todo el mundo trabaja muy duro y están muy felices con su trabajo! Lo difícil para el pueblo de Israel era la falta de fe, que aquí está denominada: “La agitación”. Ellos veían la situación tan mala y amarga que ni siquiera podían escuchar a Moisés que les anunciaba su redención.


¿Qué fue lo que cambió en la vida de este señor luego de nuestra conversación? ¿Acaso le he cambiado algo en su vida? ¿Le he devuelto su esposa? ¡No! Solamente le hablé de la fe, y le hice que ponga su atención a lo bueno que hay dentro de él. Entonces su amargura desapareció. Vemos aquí que todos los sufrimientos que siente el hombre son por la falta de fe, y de por si vive amargado y enojado con su vida, y en verdad estos son sus sufrimientos - que no está satisfecho con su vida y no ve cuántas cosas buenas tiene. Si tuviera fe completa, no sentiría ningún sufrimiento, no importa lo que suceda en el transcurso de su vida.


Ver lo bueno


Escribe Rabi Najman: "El camino de Di-s es enfocar solo en el bien. Incluso si hay cosas que no son tan buenas, Él sólo busca lo bueno. Con mayor razón, al hombre le esta prohibido enfocar en las fallas y defectos de sus compañeros. ¡Tiene la obligación de buscar sólo lo bueno - siempre!"


Esto está explicado varias veces en las doctrinas de Rabi Najman: "La voluntad del Todopoderoso es que estemos felices durante todo el día y no que pasemos el día criticándonos y desvalorizando nuestros actos. Sino que nos observemos con ojos positivos y piadosos. Escribe en el libro "Conversaciones del Rabi Najman": "El hombre debe ser tolerante consigo mismo, no presionarse demasiado. Sino hacer lo que está a su alcance, y lo que todavía no ha llegado a alcanzar rogárselo mucho al Creador, hasta que desde el Cielo le ayuden a lograrlo.


En la doctrina 155 está escrito: "Es necesario que no le importe de nada y que no se confunda con los obstáculos y los impedimentos de su vida, sólo que haga su parte sin temer absolutamente de nada en el mundo".


Este trabajo de buscar los puntos buenos dentro de uno mismo y ver solamente lo bueno, es una de las tareas más difíciles para el hombre. Por cuanto que esta orden es el camino seguro y directo que sólo por medio de él podremos estar seguros de lograr acercarnos al Creador y arrepentirnos. Por lo tanto la mala inclinación se esfuerza y no deja a la persona cumplir esta doctrina y le muestra solamente sus falencias y defectos para que se entristezca y se desanime. Esto es debido a que la mala inclinación sabe que si la persona estaría alegre todo el tiempo, aunque todavía no haya logrado ser un justo, le será muy fácil y rápido arrepentirse y retornar al bien. Esto también cuentan en nombre de Rabi Natán que le dijo a un alumno que si siempre estará con alegría, no verá el infierno.


Uno de los motivos por el cual nos cuesta vencer la mala inclinación en este asunto, es porque ella tiene en contra del hombre muy buenos argumentos basados en las leyes de la Torá. Aunque en contraposición, generalmente se presenta con otros argumentos por medio de los cuales convence al hombre a transgredir las leyes de la Torá, en este caso, condena a la persona y le reprocha justamente por haberlas transgredido, diciéndole todo el tiempo: "Haz visto, pecaste" o dice "No rezaste con concentración, pensaste en cualquier cosa durante tus plegarias" y así muchos otros argumentos que el hombre no se da cuenta que justamente la mala inclinación, está diciendo todo esto solamente para desesperarlo.


La solución para esto es saber que la misma Torá que nos enseña los Preceptos y nos advierte sobre las transgresiones, nos ordena que debemos estar con alegría ,y no fijarnos en estas falencias, como ya hemos mencionado en el principio de este articulo, que Di-s Todopoderoso acostumbra a mirar las cosas buenas que la persona hace. Es sabido que la persona debe intentar parecerse a Di-s en sus atributos, así como nos enseñaron nuestros sabios “Así como Él es misericordioso, así tu también deberás ser”, con seguridad nosotros debemos tratar de parecernos al Creador y mirar solamente lo bueno e ignorar lo malo.


En la doctrina antes mencionada escribe Rabi Najman que tenemos que aprender del Creador no mirar los errores y actos malos de nuestro compañero. Cualquiera entiende que esto es algo bueno. De este mismo modo que uno se dirige al prójimo, así deberá dirigirse a si mismo. Quiere decir, que de la misma forma que debemos dirigirnos a nuestros hijos, alumnos, compañeros, vecinos, etc. con entendimiento y paciencia, sin buscar especialmente sus defectos, así también debemos actuar con nosotros mismos, ¿acaso tu eres diferente de tu prójimo? ¿Acaso tu no eres un hombre al que se debe amar y acercarlo a la Torá?


Esta base tan importante nos la enseña el gran Sabio Hilel. Cuando llegó un no-judío para pedirle que le enseñe toda la Torá durante el tiempo que puede estar parado solamente sobre una pierna, le dijo Hilel: "Lo que no te gusta que te hagan a ti, no se lo hagas a tu compañero". Según lo que hemos dicho, más aun es posible agregar "ni a ti mismo". Es decir, si hay algo que odias y te está prohibido hacerlo a tu prójimo, con mayor razón a ti mismo.


Aprendemos de esto que para saber cómo debo comportarme conmigo mismo, debo saber cómo debo comportarme con el prójimo. Tomemos un ejemplo: La educación de los niños. Está escrito en importantes libros de educación que la forma de educar correctamente a un niño es solamente animándolo y premiándolo por sus buenos actos, y está prohibido estar criticándolo y amonestándolo siempre, ya que esto le baja y debilita su autoestima, y mucha gente se alejó completamente del buen camino por haber cargado sobre sí mismo críticas y reproches más de lo debido.


Según todo esto podemos aprender que si todo el tiempo vamos a mirar sólo nuestros errores y actos malos, esto nos debilitará nuestra autoestima, y nos alejará del buen camino. La forma de tratarnos a nosotros mismos es la misma que con un niño. Debemos animarnos y fortalecernos todo el tiempo para seguir adelante.


Así también con respecto al Precepto de "Reprochar a nuestro semejante". Como está explicado en muchos libros, hoy en día es imposible reprochar al prójimo directamente, ya que esto desanima y aleja. La mejor manera de cumplir hoy en día este Precepto, es aumentando la enseñanza de la Torá a quienes no la saben, y fortificando la fe de todos y de nosotros mismos. Cada uno debe aprender que lo único que tiene que exigirse, es hacer lo máximo para estudiar Torá y fortificarse en la fe y observar bien la situación en la que se encuentra, para poder guiarse según las leyes que la Torá le indica actuar con el prójimo, de esta forma puede retornar al buen camino, él mismo y quienes lo rodean. Así como escribe Rabi Najman que por intermedio de mirar las cosas buenas de su compañero lo sube al hombre de nivel y lo hace volver al buen camino. Más y más para con uno mismo, debemos siempre buscar nuestras cosas buenas y así podremos retornar a la buena senda.


Tratemos de imaginarnos cómo sería si estaríamos junto a alguien al que todo el tiempo y cada momento estaríamos criticando y recordándole sus falencias y sus errores. Ciertamente sería insoportable, y con seguridad está prohibido actuar de este modo. Veremos ahora si esto es exactamente lo que sucede con nosotros mismos. ¿Acaso no nos comportamos de esa misma forma? ¿Acaso no nos pasamos criticándonos todo el día? Esto debilita nuestra alma, impide retornar al Creador y debilita la fe en todos los aspectos de nuestra vida. Con seguridad que no es la Voluntad del Todopoderoso, sino que es la mala inclinación quien nos incita a esto para debilitarnos en nuestro servicio a Di-s.


Si el lector se preguntara ¿Acaso no es bueno una crítica constructiva para uno mismo, para poder mejorarse? Acerca de esto nos responde Rabi Najman que las críticas constructivas se deben dejar solamente para una hora al día, durante la Hitbodedut. En esa hora es debido criticarse, confesarse y arrepentirse de todos los pecados del día frente al Creador. Pero el resto del día se debe estar con alegría y ver sólo lo bueno.


Quien obedece a Rabi Najman y acostumbra estar con alegría durante todo el día, buscando solamente los puntos buenos en él y en todo lo que sucede, y sólo una hora al día se juzga a sí mismo y corrige sus actos, verá que el arrepentimiento y retorno al buen camino (Teshuvá) es muy agradable y fácil, y así en cada situación ó etapa de su vida que se encuentre con algún obstáculo. Y así podrá subir en los niveles del servicio a Di-s, y ciertamente tendrá el merito de retornar completamente hacia el Creador, junto a todo el Pueblo de Israel, Amén.


(Fuentes: Likutey Moharán II, doctrinas 17, 24, 54, 282)


Fuente: breslov.co.il

Pirkei Avot 1:1



Humildad, Devoción y Más


 

Introduccion Pirkei Avot by Gaston Gimenez on Grooveshark



"Moshé recibió la Torá de Sinai y la transmitió a Iehoshúa, Iehoshua a los Ancianos; los Ancianos a los Profetas; y los Profetas la transmitió a los Hombres de la Magna Asamblea".


Aparentemente, el Pirkei Avot nos da un vistazo general de las primeras 23 generaciones de la indestructible cadena de la Tradición desde el Sinaí hasta hoy. Analizando el texto desde una perspectiva más profunda, nos imparte las cinco cualidades primordiales para toda persona que se acerca al estudio de la Torá.


Moshé: Humildad


Moshé sabía perfectamente quién era. Era el ser humano elegido por Di-s para transmitir la Torá, Su sabiduría y Voluntad a los hombres. A pesar de eso la Torá atestigua: "Y el hombre Moshé es el más humilde de los hombres sobre la faz de la Tierra".


Cualquier persona de un nivel inferior o de menor grandeza, no podría ejemplificar tan apasionantemente la esencia de la humildad: la comprensión de que los alcances del hombre son producto de los obsequios conferidos por Di-s. Moshé pensaba que "si cualquier otro ser humano hubiese recibido sus dones, seguramente lo hubiese superado ampliamente". Para estudiar Torá, la persona debe dedicar su mente y maximizar sus capacidades -una experiencia que usualmente ensancha el ego. Por eso el ejemplo de Moshé es citado como un prerrequisito para el estudio apropiado de la Sabiduría de Di-s: utiliza tus dones intelectuales al máximo, pero recuerda que estos te fueron obsequiados, por lo tanto no tienes de que enorgullecerte, aunque seas exitoso en la Torá.


Iehoshua- Devoción


"Y el joven Iehoshua hijo de Nun no se movía de la Tienda". Fidelidad, diligencia y perseverancia en seguir a Moshé, eran los rasgos que caracterizaban a Iehoshua, y esas características fueron las que les dieron el liderazgo después del fallecimiento de Moshé.


La mente más poderosa, el corazón más piadoso, no puede dominar el conocimiento de la Torá sin poseer años de devoción, días y noches de estudio, que harán que los esfuerzos tengan éxito.


Ancianos- Te Costará


El término "anciano" -zaken- se relaciona al vocablo kaná, adquirir. El Talmud define a un anciano como "aquel que adquirió sabiduría". Adquisición requiere inversión. La Torá es alcanzada únicamente por aquel que invierte esfuerzo, se entrega por entero a ella.


Profetas- No Puedes hacerlo Solo


La Torá es la Sabiduría y Voluntad de Di-s. Comprenderla es, conocer la mente infinita del Creador, que es en definitiva, inalcanzable. Por eso la Torá nos debe ser concedida, como decimos en la bendición: "... Bendito eres Tu Di-s, que da la Torá". Es sólo por el deseo de Di-s que la mente humana Lo comprenda, sólo porque El eligió traspasar la línea entre lo finito y lo infinito, que nosotros somos capaces de entender alguna palabra de la Torá.


El estudio de la Torá es diferente al de cualquier otra ciencia. Mientras que el dominio de cualquier otro campo del conocimiento es estrictamente un tema de habilidad intelectual, las aptitudes morales y espirituales son primordiales para el estudio de la Torá. Cada individuo que adquiere la Sabiduría de la Torá requiere de ayuda especial del Cielo, depende "de arriba". De ahí el concepto de "Profeta".


Los Hombres de la Gran Asamblea- Hazlo Real


Constituían un consejo de 120 Sabios, que lideraban al pueblo al llegar del exilio de Babilonia, luego de 3 generaciones de destierro allí. Devastados por 70 años de desplazamiento y asimilación, la frágil y convaleciente nación enfrentaba muchos desafíos. Los hombres de la Gran Asamblea aplicaron su conocimiento de la Torá para tomar medidas y legislan conductas. Este último pre-registro, estudiar a sabiendas de que el estudio tendrá aplicación práctica, por lo tanto debe ser realizado con toda la seriedad y exactitud.


(Basado en una alocución del Rebe, Nisán 5727. Beyond the letter of the Law)

Fuente: Jabad.com

El Espejo


En una pequeña ciudad vivía un hombre -Rev Abraham- muy piadoso y recto que cumplía casi con exactitud el dicho de nuestro sabios: Elu debarim sheen lahem shiur... hajnasat orjim (estas son las cosas que no tienen medida... hospitalidad).


Rev Abraham no se contaba entre los adinerados del lugar, todo lo contrario, era extremadamente pobre, pero a pesar de ello acostumbraba compartir su modesto pan y repartirlo entre los pobres, todos encontraban las puertas del Rev Abraham abiertas para satisfacer el hambre y su sed.


En cierta oportunidad llego a su casa un ilustre visitante, que era su rabino, Rav Yeshaiahu, conocido en la comarca por su sabiduría y bondad. El visitante se percato de inmediato de la gran hospitalidad de Rev Abraham quien llegaba a disminuir la alimentación de su familia para cumplir el precepto antes citado. 

Por este motivo no se fue de la casa hasta que no hubo bendecido a Rev Abraham para que tuviera la ayuda divina en toda empresa a la que se abocara. No pasaron muchos meses, hasta que se cumplieron las bendiciones de Rav Yeshaiahu, los negocios de Rev Abraham prosperaron increíblemente y llego a la categoría de los hombres mas ricos.


Desde ese momento no encontró Rev Abraham tiempo libre para ocuparse de los pobres de su ciudad por la forma en que lo absorbían sus negocios, y por supuesto tampoco podía ocuparse de los demás pobres provenientes de distantes lugares que venían a su casa (pues hasta ese entonces su fama de generoso había traspasado los limites de su ciudad). A pesar de esto no se puede decir que había abandonado por completo su bondadosa costumbre, ya que tenia a uno de sus sirvientes encargado de ocuparse de los pobres, y hasta de vez en cuando enviaba grandes sumas de dinero destinadas a las clases mas necesitadas, pero esto ya no era de todo corazón sino sin darle la menor importancia, hasta el punto que los pobres se apartaban de las puertas del nuevo rico. Y comentaban: "Desde el tiempo que fue bendecida con la riqueza es otra persona, antes era muy bondadoso".


Ocurrió que cuando Rav Yeshaiahu se estaba encargando de recolectar fondos para "Pidyon Shevuyim" (rescate de cautivos), envío a una persona a solicitar su contribución a Rev Abraham, pero como estaba muy ocupado, lo atendió uno de sus sirvientes, quien no le permitió pasar a conversar con su patrón.


Al enterarse de esto , Rav Yeshaiahu se entristeció mucho y dijo: "Quizás mi bendición se transformo en maldición". Prácticamente no se demoro ni un instante y partió hacia la casa de Rev Abraham para solucionar la situación.


Por intermedio de su Shamash, el Rav mando a avisar a Rev Abraham que deseaba verlo. Rav Yeshaiahu fue recibido por su alumno con mucha calidez y honor. Al entrar al salón principal de la mansión con una profunda mirada advirtió la magnificencia que lo rodeaba, sin embargo al momento se entristeció mucho, pues en ocasiones anteriores al visitarlo siempre había encontrado su casa llena de necesitados y en cambio en esta oportunidad estaba totalmente vacía. De repente el Rav se encamino hacia la ventana y mirando a la calle le pregunto a su alumno quien era la persona que pasaba con su hacha. Le contesto que era leñador y que iba al bosque a trabajar. Luego el Rav hizo lo propio con otros vecinos de su alumno y este le respondía visiblemente sorprendido. Acto seguido el Rav se aparto de la ventana y camino por la habitación hasta que al final se sitúo frente a un espejo.


-Por favor, acércate, le dijo a Rev Abraham, mira por el espejo.


-A quien ves? prosiguió el Rav, a lo que su alumno le respondió: "lógicamente que a mi mismo", muy sorprendido por preguntas tan simples.


El Rav prosiguió inquiriendo de que material estaban hechos los dos objetos a través de los cuales le había hecho observar, a lo que respondió Rav Abraham -cada vez mas sorprendido y confundido- que ambos estaban hechos de vidrio. Por ultimo el Rav añadio una pregunta más: -"Pues entonces por que a través del vidrio de la ventana ves a las demás personas, en cambio por el espejo solo puedes ver tu propia imagen?" -El motivo esta claro- contesto Rev Abraham- porque el vidrio de la ventana es transparente, sin nada entre medio, en cambio el vidrio del espejo tiene dentro una capa de plata, por eso pude ver mi propia imagen.


-Todo esto es muy lógico -dijo el Rav-, cuando el vidrio esta puro, sin plata de por medio, se puede apreciar a los demás, en cambio cuando el vidrio esta impregnado de plata, solo se puede apreciar la imagen de uno mismo.


Lagrimas afloraron en los ojos de Rev Abraham, había comprendido las palabras de su maestro, y supo que en un tiempo se asemejaba a un vidrio traslucido, a través del cual se interesaba por sus semejantes, pero ahora, en cambio, se había convertido en una persona que solo se veía a si misma.


El arrepentimiento surgió de Rev Abraham, quien decidió que desde ese momento se dedicaría personalmente al cumplimiento del precepto de Hajnasat Orjim, y se ocuparía de cada necesitado como en los primeros tiempos. Al día siguiente organizo una fiesta, invito a sus amigos y compañeros, y les contó lo que había sucedido.
Rev Abraham retiro del espejo parte de la plata que había en su interior para que quedara como recuerdo imperecedero, y a todo aquel que le preguntara por el motivo de su proceder, le contaría de que forma lo había ayudado el espejo para volver a la buena senda

Fuente: mashua.org

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