abril 2012

Lectura del 8 de Iyar del Kitzur Likutey Moharán

(likutey moharan I # 72) 


4. También existe una poderosa mala inclinación asociada con el acercamiento a Hashem - es decir, que a veces el excesivo entusiasmo de la persona en estas áreas puede en verdad surgir de la mala inclinación. 


 Esta idea está expresado en el versículo, “No sea que traspasen para ver la Divinidad” (Éxodo 19:21). 


Es necesario pedirle a Hashem compasión para ser salvados también de ello. 


 5. La persona que se encuentre sujeta a los juicios estrictos (dinim), Hashem no lo permita, y que esté sufriendo alguna dificultad, que Hashem nos salve, deberá reunir, en ese momento en particular, toda su fuerza interior y fortalecerse con determinación para no caer víctima de la mala inclinación.


 Ello se debe a que en ese momento la mala inclinación es especialmente poderosa, dado que la raíz principal de toda mala inclinación se encuentra en las severidades (dinim) y los juicios estrictos. 


 6. Hay personas que tienen pensamientos sexuales inmorales, Hashem no lo permita, que las asaltan más que nunca en el momento de la plegaria. 


Hay otras personas a las que, al ponerse de pie para orar, se les presentan diferentes formas imaginarias -como imágenes de ídolos u otras imágenes negativas- cosa que las confunde terriblemente, produciéndoles un gran desasosiego. 


 Esas personas desean sobreponerse a esos pensamientos y expulsarlos de sus mentes, por lo que sacuden la cabeza de un lado para el otro con la intención de lograrlo. 


 Debes saber que cuanto más consternación sienta la persona y cuanto más trate de eliminar de la mente esos pensamientos, más fuertes se harán las distracciones e imágenes negativas. 


 Pues está en su naturaleza el hecho de que cuanto más la persona piense en ellas para repelerlas, más se le apegarán. Por lo tanto, el mejor consejo para tratar con esas imágenes y pensamientos es no prestarles ninguna atención y no preocuparse por las imágenes y los pensamientos que se presenten delante de uno; y no escucharlos en absoluto. 


 Más bien, uno debe concentrarse simplemente en lo que esté haciendo, así sea estudiando Torá, orando o llevando a cabo sus negocios, sin prestarles atención en absoluto.


 Tampoco se debe mirar para atrás, para comprobar si esos pensamientos e imágenes se han ido.


Más bien, uno debe ocuparse de lo que esté haciendo y ellas lo dejarán de manera automática. Sin embargo, este consejo sólo provee de una solución temporal. 


 La verdadera solución es que la persona santifique y purifique su cuerpo y que vaya a ver a los verdaderos Tzadikim, quienes la instruirán en los senderos de la verdad.


Entonces, esas imágenes y pensamientos se alejarán de ella de una vez y para siempre.

Lectura del 25 de Nisan del Kitzur Likutey Moharán





(likutey moharan I # 66)



        66 - “Te ruego que tenga yo una porción doble de tu espíritu”
                                                                                   (Reyes II, 2:9)


1. Es muy importante el estar presentes cuando fallece un Tzadik, aunque uno no sea su discípulo, pues en ese momento, se revela una iluminación extremadamente poderosa. 


Esa iluminación es muy beneficiosa para todos aquellos que se encuentran presentes pues mediante ella se vuelven merecedores de una larga vida. Pero los discípulos del Tzadik que están allí en ese momento reciben una iluminación mucho más grande; ellos pueden de hecho recibir una doble porción del espíritu de su Rav.


 Esto ocurre sólo cuando están profundamente unidos a él, como las ramas están unidas a un árbol, al punto en que sienten todos los ascensos y descensos espirituales de su Rav, aunque no se encuentren en su presencia. Entonces es posible que el discípulo pueda orar con mayor concentración y sentimiento que su Rav y llevar a cabo buenas acciones y alcanzar niveles de santidad mucho más elevados. Pero en realidad, todo ello se debe al poder del Rav.


2. Los discípulos tienen la misma raíz que su Rav, el Tzadik, y dependen de él tal como las ramas dependen de un árbol. Pues el árbol toma su vitalidad de la raíz y las ramas, a su vez, toman su vitalidad del árbol. Esa relación tiene diferentes formas. Hay discípulos que son como ramas, otros que son como hojas y otros más que son como diferentes partes del árbol. Dependiendo de ello, cada discípulos puede recibir una doble porción en el momento del fallecimiento del Tzadik (ver más en la lección del Likutey Moharán).


3. Existen diferentes tipos de “fallecimientos”. Hay algo así como el “fallecimiento” del nombre de la persona, cuando la persona abandona su nombre y su fama - esto también es un aspecto de la partida del alma, dado que el nombre es el alma, como en el versículo, “Un alma viviente, ése fue su nombre” (Génesis 2:19). Cuando la persona abandona su nombre, es como si de hecho estuviese abandonando su vida . 


También existe un “fallecer” de un nivel a otro [i.e., cuando la persona deja un nivel espiritual y asciende al siguiente]. Así, dependiendo del tipo de “fallecimiento”, los discípulos que estén allí, en presencia del Tzadik, podrán recibir también alguna clase de doble porción. Pero en el momento en el que el Tzadik fallece completamente, la recepción de la doble porción se encuentra en un nivel mucho más grande y elevado. 


Por lo tanto, uno debe acostumbrarse a visitar con frecuencia a su Rav, pues quizá sea ésa una de aquellas ocasiones en las cuales el Rav esté “falleciendo”. Si la persona se acostumbra a visitar al Tzadik es posible que pueda recibir una doble porción del espíritu de su Rav.

Lectura del 23 de Nisan del Kitzur Likutey Moharan




(likutey moharan I # 65)


3. Cuando, gracias al Señor del Campo, la persona llega a contemplar el objetivo final, no siente dolor ni sufrimiento por nada en el mundo. Y la verdad es que no hay mal alguno en el mundo - más bien, todo es enteramente bueno. 

El motivo por el cual la gente siente dolor al experimentar alguna clase de sufrimiento, Hashem no lo permita, se debe solamente al hecho de que se ve privada de conocimiento (daat), al punto en que es incapaz de contemplar el objetivo final o el propósito de su sufrimiento, que es enteramente bueno. 

Pues si fuese capaz de percibir el objetivo final no sentiría dolor alguno en su sufrimiento, dado que la intención de Hashem al darle ese sufrimiento es ciertamente buena - así sea para hacerle recordar que debe retornar a Él en arrepentimiento o para limpiarla de sus pecados y merecer la vida eterna. 

Siendo así, las aflicciones son de hecho grandes favores. Y si la persona llega a merecer la contemplación del objetivo final, que es bueno, se hará digna de una gran alegría ante el enorme favor que Hashem le está otorgando a través de ese sufrimiento.


4. Uno debe tomar la costumbre de anularse constantemente para poder contemplar el objetivo final, que es verdadero, bueno y eterno. Pero ello sólo es posible si se cierran los ojos a este mundo y no se miran los deseos y vanidades materiales. 

Pues no es posible contemplar el objetivo final y quedar incluidos en él si no es cerrando los ojos -cerrando los ojos completamente ante este mundo- y más aún, presionándolos con los dedos para mantenerlos firmemente ocluidos. Entonces no se sentirá dolor ni sufrimiento por nada en el mundo. Sin embargo, es imposible permanecer constantemente en ese estado de anulación, dado que la persona dejaría de constituir un ser humano.

 Por lo tanto, la anulación debe llevarse a cabo necesariamente en el aspecto de “correr y retornar” (cf. Ezequiel 1:14) [i.e, entrando y saliendo repetidamente de ese estado]. Entonces, cuando la persona retorna a su conciencia normal, una luz residual proveniente de ese estado de anulación hace brillar en su mente un destello de Divinidad, dulce y agradable, imposible de describir a otra persona. Ese destello genera una gran alegría. 

Mediante esa alegría se evocan nuevas ideas de Torá y nuevas percepciones mediante las cuales la persona puede darse ánimo ante todo el sufrimiento y las tribulaciones que deba enfrentar, Hashem no lo permita; y merecerá experimentar y sentir en este mundo algo similar al Mundo que Viene.

Lectura del 20 de Nisan del Kitzur Likutey Moharán



(likutey moharan I # 63)


4. A veces el Tzadik acepta sufrir en aras del mundo. Es decir, no desea el influjo de abundancia material y de supervisión Divina que le debería llegar y en su lugar acepta el sufrimiento, dado que prefiere el influjo y la supervisión Divina de naturaleza espiritual.

De esa manera el influjo material, que se apartó de él, se difunde por el mundo entero.

5. Hay una serpiente que es el aspecto de “Ellos son sabios para hacer el mal” (Jeremías 4:22).

Éstas son las personas que se dedican a la filosofía y que indagan en formas ateas del saber. Debido a un uso maligno del habla, tal como la calumnia, las habladurías, la mentira, la burla, la adulación, la humillación verbal, el lenguaje vergonzoso, las palabras vanas, etc. -y particularmente cuando se calumnia a los Tzadikim y a otros individuos rectos- todas esas palabras malignas le dan alas a la serpiente que es capaz entonces de volar y de producir un gran daño en el mundo, Hashem no lo permita.

En otras palabras, mediante el habla maligna se fortalecen el saber y las ideas ateas de esas personas, encarnadas en la serpiente primordial, que comienzan a volar trayendo un enorme daño al mundo. Pero mediante el habla sagrada se construyen alas para la santidad. Cuando esas alas de santidad actúan como corresponde la serpiente no recibe alas provenientes de un habla maligna y esas personas no pueden traer tanto daño al el mundo.*


* Nota del editor: El Rebe Najmán parece estar aludiendo a las seis alas mencionadas más arriba en el párrafo #1, que corresponden a las seis sefirot inferiores incluidas en el brit (como se explica allí). Mediante el habla sagrada, la persona construye y rectifica todos los rasgos de carácter santos. Por el contrario, mediante un hablar maligno, se fortalecen los malos rasgos de carácter de los “sabios para hacer el mal” y se les da poder para dañar el mundo con sus ideas malvadas, que Hashem nos salve.

Que Hashem nos proteja de todo esto y que siempre podamos merecer un habla sagrada.

Alim Letrufa - cartas del Rabi Natan




El deseo más ferviente del Rebe, y su principal objetivo, era que viviéramos sus enseñanzas a un nivel práctico y que las cumpliésemos de acuerdo con su significado simple.


 Él quería que la gente entendiese todo lo que sus palabras implicaban y que de ellas tomaran consejo constantemente. Sea lo que fuese que nos suceda, tanto de día como de noche; al acostarnos o al levantarnos; al andar por el camino; así seamos jóvenes, adultos o ancianos; desde el principio de nuestras vidas y hasta el final de nuestras vidas; en asuntos personales; en temas domésticos; en nuestro comportamiento con nuestra pareja, con nuestros hijos, con aquéllos que están cerca de nosotros y con aquéllos que están lejos; con nuestros amigos y con nuestros enemigos, Hashem no lo permita, no existe ningún tema relacionado con nuestras vidas que no pueda ser encontrado en los profundos consejos y directivas de las enseñanzas del Rebe. 


Y así es aunque estemos abajo, Hashem no lo permita, o arriba, en cada nivel y en cada situación que enfrentemos en nuestras vidas.


Carta #161

Lectura del 13 de Nisan del Kitzur Likutey Moharan






(likutey moharan I # 61)




4. Si la persona carece de fe en los Sabios nunca obtendrá el consejo perfecto que necesita. Siempre tendrá dudas y nunca estará segura de qué camino tomar. 


Pues al no tener fe en los Sabios -por lo cual la persona es castigada con material de desecho superfluo- su corazón se vuelve repugnante como un excusado, que es “donde las mujeres intercambian consejos”, como dijo Rav Ilish (Guitin 45a).


 Así, todos sus planes y decisiones son mera tontería y no puede resolver en su corazón cómo actuar.


5. Todo aquel que se burle de los libros sagrados que siguen las enseñanzas de nuestra santa Torá también será castigado con excremento hirviente. Tal persona será incapaz de derivar y de recibir de sus estudios una instrucción práctica y correcta y estará constantemente indecisa. Pero si se arrepiente por completo de sus faltas, podrá rectificar todo lo anterior.


6. Hay “aguas” que purifican de la suciedad a aquellos que están sumidos en la materia de desecho superflua, tal cual se expresa en el versículo, “Rociaré agua pura sobre ti... y te purificaré de toda tu idolatría” (Ezequiel 36:25). Esas “aguas” son la controversia y el conflicto - lo que es llamado PeLuGta [en arameo], como en el versículo, “El río (PeLeG) de Hashem está lleno de agua” (Salmos 65:10). La explicación es la siguiente: 


El antagonismo que experimenta la persona la induce a arrepentirse y a corregir las deficiencias de su fe en los Sabios. Pues es la falta de fe en los Sabios la causa principal de la oposición que está sufriendo; y cuanto más grande sea la falta de fe, con más vehemencia se le opondrán. 


Por lo tanto, debido a la oposición, la persona puede reflexionar sobre la posibilidad de que su fe en los sabios sea débil y así volver a creer en ellos, con lo cual rectificará todo lo anterior. Sin embargo hay Tzadikim de la generación cuya fe es indudablemente perfecta pero que, aun así, sufren oposición. Este fenómeno está descrito en el versículo, “Él carga el pecado de los muchos” (Isaías 53:12), por lo cual los Tzadikim sufren el dolor de la oposición debido a la falta de fe en los Sabios del resto de la gente. Mediante la oposición que sufren los Tzadikim se rectifica la fe en los Sabios de la mayoría de las personas.

La Estricta Justicia




La Luz del Infinito revelada por el Santo, bendito sea, se encuentra oculta mediante el atributo divino de la estricta justicia (dinim), dentro de las “restricciones” (tzimtzumim). Pero la severidad (dinim), puede ser endulzada mediante la sabiduría (sejel). Cada “restricción” tiene una única sabiduría que es capaz de suavizarla. Pero existe también la Sabiduría Global (Sejel haKolel).




Esta es la Sabiduría Superior (Jojma Iláa) con la cual se suavizan todas las “restricciones” y los juicios severos. Pero sólo es posible tomar de esta Sabiduría a través de los numerosos libros que contienen las enseñanzas de la Torá.






La Sabiduría es el hombre y la “Restricción” es la mujer. La unión del hombre y la mujer, de la sabiduría y de la “restricción,” sólo se produce mediante un “libro,” el contrato de matrimonio (ketubá) o el documento de compromiso. También su separación sólo tiene lugar a través de un “libro”, el documento de divorcio (guet)


Toda unión y separación puede llevarse a cabo sólo cuando nos elevamos al nivel de la Sabiduría Superior y tomamos de allí por medio de un libro.






A veces surgen argumentaciones y disputas entre el marido y su esposa. Entonces recurren al Rabí para arreglar el documento del divorcio. Este es precisamente y en general el momento para una reconciliación. El amor y el lazo entre ellos puede volverse más fuerte. La razón de ello se encuentra en que ahora están recibiendo una iluminación desde esta dulce Sabiduría Superior.


En el nivel de esta Sabiduría se suavizan y endulzan todos los juicios severos y las disputas de toda la creación. Si la pareja se divorcia, ello sólo se debe a que no han tenido la fuerza suficiente como para recibir toda la dulzura de esta Sabiduría. De modo que no fueron capaces de suavizar la disputa entre ellos. Todo lo que pudieron hacer fue elevarse hasta ese nivel para anular el lazo de unión en su raíz más elevada. Esto es lo que sucede en un divorcio.






El Santo, bendito sea, está pleno de compasión. Hace mucho tiempo que Él nos eligió de entre todos los pueblos, cuando estuvimos al pie del Monte Sinaí. Ese fue el “día de Sus esponsales” (Cantar de los Cantares 3:11). El matrimonio tuvo lugar cuando el Santo, bendito sea, nos entregó el “libro” de la Torá y juró a nuestros antepasados y a nosotros que nunca se divorciaría. Aunque de vez en cuando, encontramos que el Santo, bendito sea, utiliza expresiones de rechazo y de separación de Su pueblo, si así pudiera decirse, Su verdadera y única intención es acercarnos a Él


Nuestros Sabios comparan esto al caso de un rey que se enfadó con su esposa (Rashi, Hoshea 2:1 Sifri). Envió entonces al escriba para que redactase el documento de divorcio. En el tiempo que llevó el confeccionarlo el rey se reconcilió con su esposa y le dijo al escriba: “Ve y redacta para ella un segundo contrato de matrimonio.”


El significado de esto puede encontrarse en su explicación. Sólo sería posible anular la larga unión entre ambos ascendiendo al nivel de la Sabiduría Superior. Pero el Santo, bendito sea, está lleno de compasión. Tan pronto como se efectúa el ascenso, esto despierta Su amor y los procedimientos de divorcio se vuelven del revés. No sólo el lazo no es anulado sino que, por el contrario, una tremenda iluminación desciende entonces para aplastar las “restricciones” y los juicios severos que existen en toda la creación.


Toda la ira y la furia que Él pudiera haber tenido en contra del pueblo de Israel, como un todo o en contra de un individuo en particular, todo es suavizado y anulado mediante esta Sabiduría Global. Las disputas, rechazos y separaciones sólo hicieron que el tema llegase hasta este nivel. Ahora toda la situación se vuelve del revés y sólo dulzura es la que desciende.


El único propósito de todos los rechazos que recibimos del Santo, bendito sea, es acercarnos más aún hacia Él. La sola intención del Santo, bendito sea, al llamar al escriba para redactar el documento de divorcio es revelar el verdadero bien. “En lugar de decírseles: ‘No sois Mi pueblo’ se les dirá; ‘¡Hijos del Elokim vivo!’ ” (Hoshea 2:1). “En lugar” – en el mismo lugar donde la separación fue sentida con más fuerza y con la mayor angustia, precisamente allí todo será transformado y suavizado. Al final, “Se les dirá: ‘¡Hijos del Elokim vivo!’ ”. Este es el lugar donde se encuentra la fuente de todas las dulzuras de la creación.


(Leyes del Divorcio 3: 4)

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