Mensajes Instantaneos




Por: Rabino Shalom Arush

Si con unos pocos golpecitos con el dedo podemos enviar un mensaje desde Jerusalén hasta Nueva York, entonces ciertamente podemos entender que HaShem es capaz de enviarnos mensajes instantáneos…




HaShem cuenta con una impresionante red de mensajería instantánea. Y los recursos que emplea son muchísimo más sofisticados que Hotmail, Skype o Blackberry…


Si observamos la tecnología moderna, podemos aprender mucho acerca de la forma en que HaShem dirige el mundo. El hombre no habría podido alcanzar la era de las comunicaciones cibernéticas y los mensajes instantáneos si HaShem no le hubiese revelado una dosis extra de sabiduría Divina. Todos nuestros pensamientos, nuestras sutilezas y nuestros inventos son producto de la abundancia Divina. Por eso, si vemos que con unos pocos golpecitos con el dedo en el teclado de un teléfono inteligente podemos enviar un mensaje desde Jerusalén hasta Nueva York en una fracción de segundo, entonces ciertamente podemos entender que HaShem es capaz de enviarnos mensajes instantáneos. Y los recursos que emplea Él son muchísimo más sofisticados que el Skype o el Blackberry; HaShem programa a nuestra pareja y a nuestros hijos para enviarnos intrincados mensajes instantáneos por su intermedio.


Cuanto antes comprendamos que HaShem hace todo con un propósito específico, más felices seremos. Nadie está dispuesto a actuar como un autómata, parándose frente a un grupo de personas levantando y bajando la mano sin ningún motivo. El ser humano necesita una motivación para poder actuar, porque HaShem nos programó para que actuáramos por un incentivo -cuanto más entendemos el propósito de lo que estamos haciendo, más grande es nuestra motivación. Por eso, si entendemos que no vamos a hacer nada si no tenemos un propósito que nos motive, ¿cómo es que contemplamos siquiera la posibilidad de que HaShem haga cosas sin un propósito? Por supuesto que no. Por eso, cuando alguien nos fastidia -y en especial nuestra pareja o nuestros hijos- no sólo que eso proviene en realidad de HaShem sino que además es con un muy buen propósito.


Además de recordarnos a nosotros mismos que todo proviene de HaShem y que todo lo que hace HaShem es con un propósito, no olvidemos que nuestra pareja y nuestros hijos son nuestros espejos. HaShem opta muchas veces por recurrir a la pareja y los hijos de la persona como un medio para corregirla. Por ese motivo, uno se está engañando mucho a sí mismo si piensa que va a poder alcanzar algún grado de perfeccionamiento de su carácter sin casarse.


A veces hay gente que alaba a aquel erudito soltero diciendo que es un sabio consumado, pero la verdad es que no hace falta mucho esfuerzo para llevarse bien con la mesa sobre la que uno está estudiando… la mesa no siente náuseas del embarazo ni tampoco te pide que saques ahora mismo la basura… Por supuesto que es muy importante estudiar con seriedad y con aplomo, pero la Torá, como el vino fino, necesita un recipiente limpio y digno. Es por eso que decimos “Derej eretz kadmá la Torá” –el buen carácter– es un prerrequisito para la Torá.


El carácter de la persona se juzga por la forma en que actúa en su propia casa. Afuera de la casa, uno está “en exhibición”, pero en casa la persona actúa tal como es y eso se refleja en la forma en que se dirige con su mujer y con sus hijos y la forma en que interactúa con ellos. Allí es donde nos damos cuenta del verdadero carácter del individuo, porque detrás de la puerta nadie lo aplaude ni le da certificados enmarcados en oro en reconocimiento a su ejemplar conducta.


En el momento en que uno toma conciencia de todos estos principios que hemos mencionado, que su mujer y sus hijos son simplemente el sistema de mensajería instantánea de HaShem, uno empieza a encarar las dificultades domésticas bajo una luz completamente diferente. Al saber que todo proviene de HaShem y que es para su propio bien, y con un propósito específico, la “aflicción” que le causa su familia deja de ser una aflicción. Pero no piensen que yo solamente estoy diciendo cosas vanas que suenan muy bonito pero no existen en la realidad. Vean lo que ocurrió en la familia Arush hace unas cuantas semanas:


Yo estaba estudiando en mi estudio y mi hijo Yosef estaba jugando en la habitación contigua. Me acordé de que quería decirle algo, así que le pedí que viniera al estudio. Él me ignoró por completo. Volví a llamarlo y otra vez me ignoró. En vez de enojarme con él y reprenderlo, inicié una sesión de autoevaluación conmigo mismo y me dirigí a HaShem diciendo: “Di-s mío, llamé a mi hijo y él me ignora. De acuerdo con Tu principio de “Medida por Medida”, entiendo que Tú me llamaste a mí y yo me negué a escucharte. Te pido por favor que me ilumines el cerebro y me muestres en qué ocasión yo no Te escuché a Ti”.


Y, como era de esperar, en cuestión de minutos me di cuenta de algo que yo no había hecho bien y me arrepentí de todo corazón. Después de unos momentos mi hijo Yosef apareció en el umbral de la puerta y me dijo: “Papá, ¿me llamaste?”. Yo sonreí y Le di las gracias a HaShem; no discutimos, no lo reprendí, no alcé la voz, no lo dejé herido. Al hacer Teshuvá y darme cuenta de que HaShem me estaba mandando un mensaje, no sólo que logré mantener la paz en el hogar sino que también evité castigar a otros por mis propias faltas.


Una vez que aprendemos a reconocer y apreciar el servicio de mensajería instantánea de HaShem, nuestros hogares se transforman en un remanso de paz. Nada de gritos, nada de amenazas. Y seguro que nada de palizas. ¿SMS les parece un buen sistema de mensajería instantánea? ¡Esperen a ver de lo que es capaz HaShem!

Fuente: Breslev

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One Response to “Mensajes Instantaneos”

  1. hola Rabino Shalom Arush, saludos soy de Venezuela y nesecito hablar con usted hacerca de la venida del MESIAS ELIAS EL PROFETA puedo darle informacion hacerca de el

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